A los navarros de la zona media nadie tiene que explicarnos los devastadores efectos del Cambio Climático. Como todos, vivimos una pandemia, pero además, en 2019, sufrimos la furia de un Cidacos embravecido que provocó las peores inundaciones que se recuerdan.
Las olas de calor y la sequía asolan nuestros cultivos, vuestra y nuestra comida. Pero, y lo que es sin duda más trágico, vivimos el siniestro encadenamiento de incendios forestales de junio del 2022 que calcinaron 12.530 hectáreas forestales, desplazaron a más de 700 personas huyendo de las llamas, incendiaron casas y amenazaron gravemente el hábitat y el paisaje de estas tierras de la zona media, hoy desoladas. Desarboladas.
Sabemos que la única solución es un giro copernicano que pasa por apostar con urgencia por las energías renovables. Por ello, en un primer momento, felicitaríamos a nuestros representantes en el ayuntamiento que así lo han entendido también. El proyecto de instalación de un parque fotovoltaico en el terreno comunal de Olite, aprobado por unanimidad, es sin duda una respuesta acorde con la emergencia que vivimos.
Sin embargo, no podemos valorar de igual modo, la elección de su ubicación en el mismísimo centro del único bosque de encinas que queda, en kilómetros a la redonda, de la villa de Olite.
106 hectáreas que con una urgente reforestación, no compensarían ni un 1% de las pérdidas de los incendios recientes, pero permitirían a las generaciones futuras experimentar todos los disfrutes asociados al bosque. Según muchos estudios, son fundamentales para la salud física y mental de la población, reducen los niveles de inflamación e hipertensión, alivian el cansancio, la ansiedad y la depresión, incrementan la memoria a corto plazo, la vista, la autoestima, el buen humor, la capacidad de concentración y la creatividad tan necesaria para enfrentarse a un mundo cada vez menos previsible, estimulan el sistema inmunitario, la producción de proteínas anticancerosas… Y refrescan.
Interpelaba a su paisanaje, el universal poeta, don Antonio Machado ¿Llamaréis patria a los calcáreos montes, hoy desnudos y antaño cubiertos de espesos bosques, que rodean esta vieja y noble ciudad… de Olite?
Codés Echalecu, Teachers for the future Navarra