Hilario Bueno Sánchez, agricultor tudelano de 92 años de edad, será reconocido por la S.D.R. Frontón como Hortelano Popular en el entrañable homenaje que se celebrará el día 27 de julio a las 11 de la mañana en la Puerta de la Mejana.
Casado con Concepción Parejo más de 50 años, enviudó en 2010, tiene cuatro hijos: Conchita, José Mari, Javier y Anabel; diez nietos, Carlos, Fredy, Rosana, Sonia, Manolo, Karina, Cristian, Alicia, Laura y Sandra; y doce bisnietos: David, Sergio, Nerea, Maialen, Javier, Leyre, Adrián, Arosa, Xabi, Jimena, Argi y Mikel.
El reconocimiento, desvela el protagonista,l le ha supuesto un pequeño debate familiar. «No me ha gustado nunca figurar, pero entre los nietos y algún otro me han animado». Dedicado al campo desde que nació, como cuenta, comenzó a ayudar a la familia a los 7 años. «Solo pude ir al colegio 7 meses. Cuando mi madre fue a hablar con el maestro porque hacía falta que echara una mano en casa le dijo que era una pena, porque era un niño muy listo». Las circunstancias que le tocó vivir de pequeño no fueron fáciles. Su padre padecía artrosis así que no le quedó otro camino que comenzar a trabajar en el campo. «Una pena, pero así son a veces las cosas», recuerda con la pena de no haber podido estudiar.
Las enseñanzas de la vida las tuvo que aprender en el campo. Allí ha criado sus propias semillas, ha cultivado sus cosechas, las ha recolectado y las ha vendido. «He tenido tierras en varios sitios, Huerta Mayor, Mejana, en Gardachales y en Mosquera, donde conservo una pequeña parcela de 8 robos que aún me llevan de vez en cuando. He cultivado alcachofa, borraja, espinaca, lechuga y coliflor de muchas clases». Por sus manos ha pasado la hoz, la dalla, la segadora antes de venir la maquinaria. Es un trabajo duro, apunta, «porque al final el negocio va para el que te compra el producto, ¡esos son los que se llevan los dineros!», lamenta.
El futuro, cuenta, está en manos de los grandes terratenientes. Para los pequeños hortelanos, lamenta, «el campo ahora no tiene futuro. Vas por las fincas y está todo lleco, nadie quiere pegarle al campo. Vas por las fincas es todo hierba. Es un pena ver como está ahora la Mejana. Los jóvenes no quieren».