Hermanas Arellano Bermejo
Las hermanas Arellano Bermejo, junto a María Jiménez e Irene López
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[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]María Jiménez e Irene López, dos alumnas del IES Alhama que participan en el Erasmus, han entrevistado a las tres hermanas Arellano Bermejo (Fabiola, Lourdes y Rocío), ganadoras del premio “Una vida en bici”, que se entregará el domingo 18 a las 13:00 en la Plaza España de Corella.

Fabiola, Lourdes y Rocío llevan andando en bici toda su vida. En la entrevista nos han contado que esta gran afición la heredaron de su abuelo Miguel Bermejo, un completo fanático de andar en bici. La mayor de las hermanas aprendió a utilizarla, pedaleando la bici de su abuelo pegada a la pared; sus otras hermanas aprendieron un poco más tarde. A partir de ahí empezaron a utilizar la bici  continuamente, hasta hoy en día que la siguen usando para ir a trabajar, hacer la compra, ocio…

Nos han contado dos de las muchas anécdotas que tienen. Rocío ha recordado el  momento en el que su hija se cayó con la silla de la bici y no se dio ni cuenta, ella lo recuerda como un momento gracioso. Asimismo Fabiola nos enumera otra de estas anécdotas graciosas que le pasaron, en esta tiene un pequeño choque con “La Cotorera”.

Su padre se encargaba de hacerles los recados a los vecinos del pueblo por Pamplona, ya que conducía el autobús hasta allá y se recorría la ciudad en bici. Las tres hermanas recomiendan a la sociedad, que nos desplacemos más a menudo en bici, ya que tiene muchas facilidades y ayuda tanto al medio ambiente como a la salud de las personas.

Anécdotas

María Jiménez: ¿Por qué os desplazáis habitualmente en bici?

Lourdes, Rocío y Fabiola: Por comodidad, ya que nos lleva desde la puerta de casa al destino en un momento. Además, no hay que buscar aparcamiento una vez que llegas. Hacemos ejercicio, ahorramos tiempo y dinero, no contamina… Son todo ventajas.

¿Podéis comentarnos alguna anécdota?

Fabiola: Pues sí, yo tengo una. Un día iba a entrar a la calle Mayor a las 7:00 de la mañana desde una callejuela. Al incorporarme, vi que venía la Cotorela (una señora muy ciclista que recibió el premio “Una vida en bici” en 2013) y estuvimos a puntito de chocarnos; estuvimos hábiles y las bicis se cayeron pero nosotras, que acertamos a abrazarnos mutuamente, no nos hicimos daño alguno.

Rocío: Yo tengo otra anécdota. Llevaba a mi hija, que ya era mayor, a la escuela en la silleta. Iba bajando una cuesta y no sé ni cómo la niña terminó en el suelo, cayendo de pie, y yo seguí pedaleando, hasta que me llamó y la vi fuera de la bici. Me asusté de entrada pero luego vi que no había sido nada.

Sin duda, estas tres hermanas son todo un ejemplo a seguir.[/ihc-hide-content]