El próximo 1 de octubre se inaugura la exposición sobre el yacimiento arqueológico del Alto de la Cruz, en el Castillo de Cortes (Navarra). La exposición parte de un proyecto global que tiene como objetivo la conservación y difusión del patrimonio arqueológico del Alto de la Cruz. Coordinado por el Ayuntamiento de Cortes y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), en dicho proyecto participan investigadores de la UOC, la Universitat de Barcelona (UB), el equipo de museografía (Queralt Suau Studio y Boixader & Go), el equipo Digitalización Patrimonial, el Gobierno de Navarra para la gestión y restauración de materiales y el grupo de voluntarios del municipio de Cortes para la difusión y guía de la exposición. Asimismo, junto con la UOC, la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED Tudela) participa en el proceso de formación de los guías de la exposición. La exposición cuenta, en parte, con la financiación de fondos europeos a partir del Consorcio EDER.
El Alto de la Cruz es un asentamiento del primer milenio aC. definido como Oppidum fortificado y situado sobre la ribera derecha del río Ebro. Su estructura urbanística le destaca como centro poblacional y le permite controlar la organización del territorio de la región comprendida entre los macizos de Bardenas Reales y el Moncayo. Su localización, en la confluencia de los ríos Ebro y Huecha, le confiere una posición dominante sobre los habitantes y las estructuras de producción de la zona, supremacía que se refleja en la secuencia estratigráfica, así como en el mobiliario y los tipos constructivos.
La secuencia cronoestratigráfica del yacimiento del Alto de la Cruz alcanza un período cronológico comprendido entre la Edad del Bronce (en torno al 1100 aC.) y la segunda Edad del Hierro (hacia el 350 aC.), y es la clave para el estudio de la transición y de la continuidad de poblamiento entre el substrato indígena del Bronce medio-final en el valle del Ebro y las comunidades que se establecieron sobre el territorio a finales de la Edad del Bronce. Asimismo y después de las excavaciones y estudio de las décadas de los 80 y 90 del siglo XX, se han podido reestructurar y organizar tres fases de poblamiento (documentadas en los 50 del siglo XX) en 6 fases definitivas y contrastados por análisis del C14 (PI a PVI) que reinterpretan y adaptan la corriente interpretativa de los años 50 (s. XX) que relacionaba el desarrollo del Alto de la Cruz con las denominadas “migraciones indoeuropeas”.
Por otra parte y en relación a las tipologías constructivas, las casas seriadas de planta rectangular características del poblado en sus fases más espléndidas (anteriormente relacionadas a migraciones indoeuropeas) son consecuencia de un período evolutivo autóctono, puesto que los fondos de cabaña de los niveles inferiores documentados en las campañas de los años 80 y 90 (s. XX) presentan plantas cuadrangulares evolucionadas (similares en estructura y orientación a las fases más antiguas en adobe del poblado), a partir de otras de perímetro circular (los más antiguos hábitats documentados en el poblado).
Las intervenciones realizadas durante la segunda mitad de la década de 1990, centradas en la definición de la secuencia crono-estratigráfica del yacimiento, y su evolución arquitectónica revisando las conclusiones de los trabajos previos de Maluquer de Motes, permitieron identificar la existencia de una potente muralla construida con bloques de adobe perfectamente entrelazados hasta alcanzar una potencia o anchura de casi cinco metros. Dicha fortificación no era el resultado de la suma o adición sucesiva de las paredes posteriores de las estructuras de habitación, sino que respondía a un urbanismo prefijado en el que se había definido el límite perimetral del asentamiento construyendo la estructura defensiva antes de la distribución del espacio interior.
La exposición, cuyo hilo conductor se basa en la idea del Alto de la Cruz como clave de la protohistoria europea en nuestra península, tratará éstos y otros temas relacionados con el yacimiento arqueológico (formas de vida, relaciones comerciales, producción económica, rituales, formas de enterramiento, etc.) y nos permitirá explicar también la evolución de las metodologías de investigación en la península Ibérica desde mediados del siglo XX hasta la actualidad. Además se constituye en el punto de partida de una serie de acciones ligadas a la investigación, la conservación, la gestión y la difusión del patrimonio arqueológico del Alto de la Cruz que se desarrollarán tanto en el 2017 como en años posteriores.
No os perdáis la ocasión de visitarla!
Maite Lostado (Cortes) & Glòria Munilla (UOC)
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