Sergio Vitas y Gustavo Rodríguez, alcaldes de Fustiñana y Cabanillas respectivamente, piden al Gobierno de Navarra que el agua sobrante en la primera fase del Canal se destine a la segunda fase.
Tras estudiar el proyecto, dichos alcaldes creen necesario modificarlo teniendo en cuenta las alegaciones presentadas por Vitas y Rodríguez ya que este proyecto no resuelve la falta de agua en la Ribera. Se delimita la zona regable a poco más de 20.000 hectáreas y no admite ampliaciones, lo que significa que muy pocos municipios se verán beneficiados y, dentro de ellos, solo una pequeña parte de la superficie de los mismos.
En especial, los alcaldes han mostrado su preocupación por la exclusión de sus municipios (Fustiñana y Cabanillas) en esta segunda fase del Canal de Navarra. También critican que, además de excluir a muchos pueblos de la Ribera, que es la zona de Navarra que más problemas de escasez de agua tiene, a los municipios que sí cuentan con agua para regadío se les somete a una alta carga financiera, y si esta superficie se ampliase, introduciendo más poblaciones, rebajaría el coste a pagar por los regantes.
Ellos han querido aportar su idea de que estas limitaciones y prohibiciones se pueden solucionar cuantificando el volumen de agua no utilizado en la primera fase, ya que de la concesión por hectárea en la primera fase se han gastado 2.400 m3 por hectárea menos de los previstos.