Sergio Vitas, alcalde de Fustiñana
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Cuando Sergio Vitas Aguirre accedió a la alcaldía de Fustiñana en junio de 2019 poco o nada podía imaginar que a los pocos meses, en marzo de 2020, la pandemia Covid 19 marcaría el devenir de la legislatura para ejercer su mandato. Sin embargo, pese a las grandes dificultades vividas, este pequeño Ayuntamiento logró hacer frente a todas las adversidades y ahora llega la última Navidad de este ejercicio legislativo con la normalidad prácticamente recuperada.
Esta Navidad es la última de la legislatura 2019-2023, ¿qué balance hace?
El balance personal obviamente es positivo, pero pienso que deben ser los vecinos quienes hagan esta valoración. Ha sido una legislatura muy distinta, marcada por la mayor pandemia de la historia reciente, pero yo soy positivo con el resultado de la misma porque hemos trabajado mucho por mejorar la vida de Fustiñana y sus vecinos.
¿Qué ha sido lo mejor a nivel institucional y personal?
A nivel institucional el haber podido solucionar problemas grandes y pequeños de los vecinos, desde arreglar un pavimento deteriorado en la puerta de su casa, a ayudarles a sacar adelante un proyecto profesional… En lo personal, la suerte de poder conocer a personas de todos los ámbitos y formarme y aprender con ellos.
¿Y lo peor?
El desengaño con la política navarra, interna y externamente.
Pese a todo, ¿qué iniciativas se han podido desarrollar en el Ayuntamiento en materia de impulso económico?
Además de las ayudas que se dieron al emprendimiento, a los alojamientos turísticos, ganadería de lidia y ovino, hemos dado un gran impulso al empleo, que colateralmente produce efectos positivos en la economía. Como siempre digo, creo que la política social más importante para todos es tener un empleo decente.
¿Y en materia de urbanismo e infraestructuras públicas?
La pandemia nos hizo ver todo de manera diferente y tuvimos que reestructurar el planteamiento inicial. Eso nos ha llevado a apostar por políticas sociales reales, en detrimento de obras o inversiones faraónicas, que han dejado de ser tan urgentes. Aun así, hemos rehabilitado parques, edificios públicos, saneamiento y pavimentación, y creación de infraestructuras en todas y cada una de las áreas del ayuntamiento.
¿Y cultural y socialmente?
En el primer punto se está trabajando en colaboración con los técnicos y la recién creada Asociación Cultural, a ahondar en nuestros orígenes, descubrir el patrimonio inmaterial que tenemos, sin olvidarnos de la naturaleza de Bardenas. Esperamos que todo este trabajo sea el impulso definitivo para el Turismo en Fustiñana.
En lo que respecta al segundo punto, me atrevería a decir que somos el Ayuntamiento de la Ribera que más ha invertido en políticas sociales y que más proyectos a futuro tiene en ese sentido.
Mirando al 2023
¿Qué espera del 2023?
El proyecto en el que nos embarcamos hace cuatro años es un proyecto que puede continuar al margen de las personas. Los grandes proyectos son pensados para obtener resultados a largo plazo, necesitan más tiempo que el que da una legislatura, por lo que dejaremos planes en marcha que esperamos que se terminen de ejecutar en la siguiente legislatura.
¿Qué proyectos confía en poder desarrollar o al menos que queden definidos para el futuro?
Queremos terminar el proyecto de turismo sostenible de forma conjunta con Bardenas, con la construcción de un albergue y un parking de autocaravanas. También seguiremos con el proyecto de mejorar la accesibilidad en nuestro pueblo y la inversión en cultura a través de la rehabilitación del edificio del espacio joven para una nueva biblioteca, salas de estudio y formación.
¿Le quedan ganas para intentar repetir en las elecciones municipales de mayo 2023?
Es obvio que ganas de seguir dirigiendo este barco no me faltan, pero será el grupo que formamos quien decida si debo presentarme a la reelección y a continuación serán los vecinos quienes decidan darme o no su confianza para que continúe siendo su alcalde.