Luis Serrano Sanz tiene 75 años, es de Fontellas, ha sido agricultor durante toda la vida y, además, concejal por UPN durante 29 años, concretamente entre los años 1979-2008. Esta trayectoria será reconocida en el XVIII Capítulo General de la Cofradía del Aceite de Oliva de Navarra, que se celebrará el próximo 20 de octubre en esta localidad ribera, ya que será nombrado Cofrade de Honor.
¿Se lo esperaba?
Para nada y, por lo tanto, es un gran orgullo y me produce mucha satisfacción.
¿Ha cultivado alguna vez olivos?
He cultivado y recogido olivas con 15 años, cuando las cultivaban mis abuelos, mi padre y mi tío. Recuerdo que las manos se nos quedaban heladas.
¿Hacía aceite para casa?
Nosotros no, lo llevábamos al trujal de Lasheras. También venían de Ablitas, se llevaban las olivas y traían la parte proporcional del aceite que les correspondía.
¿Qué ha pasado con los olivos en Fontellas?
En aquellos años en nuestro pueblo había muchos, pero curiosamente, cuando llegó el Canal de Lodosa, los cultivos se diversificaron gracias al regadío.
Pese a todo, los olivos siguen adornando el paisaje de muchos pueblos riberos, ¿es un aceite de calidad?
Voy a romper una lanza en favor de nuestro producto, y lo hago desde el pleno convencimiento, porque considero que es el mejor aceite que hay en el mercado no solo de Navarra, sino de España. Entre otras cosas por el excelente proceso de cultivo y las variedades que existen en nuestra zona.
Además tiene unos grandes beneficio para la salud.
Así es, sobre todo el Virgen y Extra Virgen, que son los mejores y la prueba está en que crece en la sartén.
¿Y usted es de los que desayuna una tostada con aceite?
Pues no te voy a decir que todos los días, pero sí el 80% de los días, porque es lo mejor que hay para comenzar el día, una tostada de aceite con ajo.
Por otra parte, ¿qué destacaría de Fontellas?
Voy a decir algo claro; Fontellas estaba muy dejada, pero tuvimos la suerte de encontrarnos en el Ayuntamiento Andrés Agorreta (PSN-PSOE) y yo (UPN) y gracias a Dios fuimos de la mano para conseguir lo mejor para nuestro pueblo. Por eso, muchas personas de la Ribera se preguntaban cómo nos las arreglábamos para conseguir las cosas y la clave estaba en que tanto Andrés como yo trabajábamos juntos por Fontellas, haciendo política para mejorar el pueblo (se emociona al decir estas palabras). No me pena tener esta filosofía de la política, al reves. Se suele decir, cuando uno muere, qué buena persona era. Yo puedo decir que mi trabajo lo están disfrutando mis nietos y espero que sus hijos también. Personalmente he tenido la satisfacción de disfrutarlo tomando las decisiones en cada momento. Puedo decir que no le tengo rencor a nadie porque, cuando he estado en el Ayuntamiento, me han apoyado los míos y los contrarios.