En Contigo Tudela valoramos positivamente el ambiente en el que han transcurrido las fiestas, gracias principalmente al buen hacer de las Peñas y la hostelería en general y las indudables ganas de la ciudadanía de pasarlo bien, pero entendemos que hay mucho margen de mejora por parte del equipo de gobierno de UPN.
Desde el Ayuntamiento no se ha programado nada más allá de lo «estándar» de todos los años, echando en falta conciertos que puedan diversificar el público, ofreciendo como antes en Herrerías tributos y conciertos, no sólo la orquesta en la Plaza Nueva.
Las actividades para niños y niñas, pese a lo anunciado, «no han estado a la altura; seguimos sin contar con actividades para jóvenes menores; no ha habido ninguna actividad organizada por colectivos de Tudela al estilo del antiguo «100% Tudela», y los monólogos, si no es porAroa Berrozpe hubieran sido un cúmulo de clichés machistas y xenófobos».
En cuanto a logística también hay que destacar algunos descuidos que han ensuciado y deslucido nuestra ciudad y sus fiestas: como la distribución de los servicios, alguno sin sentido en el paseo del Queiles y otros que se han echado en falta como los de la Plaza del Señor Tomás; las tradicionales papeleras de mancomunidad se han visto con cuentagotas; las luces del parking y puente del Ebro, que siempre se apagan para los fuegos artificiales, no se han apagado; llegar a la feria ha sido todo un reto para las familias, con coste añadido; este año se ha contado solo con un parking público, ya que el patio de Jesuitas no ha estado abierto y el ascensor del Barrio de Lourdes ha estado estropeado todas las fiestas, dejando en el inicio de las mismas a cinco personas atrapadas dentro.
Durante estos días, como hemos podido ver, ha habido mucha policía intentando velar por nuestra seguridad y buena convivencia, pero esto no ha evitado que desde UPN se aliente la confrontación en uno de los momentos más multitudinarios como es el txupinazo, tampoco evitó que los volúmenes y mezcla de músicas hayan sido un tanto caóticas, ni , tristemente, ha evitado que hayan sido varias las denuncias por agresiones sexuales a jóvenes.
Las peñas han sabido programar diversificando músicas, ofreciendo actividades prácticamente todo el día y animando la ciudad con sus dantzas, txistus, gaiteros y electro-charangas. Además, con sus actividades alternativas, en horario de tarde, han dejado claro que las corridas de toros cada vez tienen menos sentido en nuestra ciudad, con la plaza prácticamente vacía las tres tardes.
Todo esto hace que no nos sorprenda que el balance del alcalde se hiciese antes de terminar las fiestas, porque ha sido un balance igual de estándar que la programación de las mismas.
Esperamos que UPN, al menos internamente, sea capaz de hacer autocrítica, dejando de preocuparse tanto por desfilar elegantes y agasajar a los alcaldes y alcaldesas de la Merindad y preocupándose más por hacer unas fiestas más inclusivas para todas las personas y todas las edades, con servicios y oferta cultural a la altura de la que, no se cansan de repetir, es la Capital de la Ribera.
Marisa Marqués