La temática de la adopción se ha tratado desde varias ópticas: edulcoradas Un sueño posible con Sandra Bullock adoptando a un chaval negro, realistas Lion sobre el niño indio que buscó sus orígenes con Dev Patel de protagonista; juveniles La Ladrona de Libros, la niña judía adoptada por unos alemanes con Geoffrey Rush o el thriller Adiós, Pequeña adiós de Ben Affleck. El director Sean Sanders (Desmadre de Padre) narra en clave de comedia, la historia de una pareja joven que decide adoptar a 2 chicos y una chica, con los consabidos quebraderos de cabeza. Los protagonistas son: Mark Wahlberg, Rose Bryne, Isabela Moner, Gustavo Quiroz, Juliana Gamiz, Octavia Spencer.
Pete (Mark Wahlberg) y Ellie (Rose Bryne) son una pareja dedicada a restaurar casas. Su familia siempre les toma el pelo, porque creen que no tienen hijos para evitar responsabilidades. Sin embargo, un día, asisten a una charla sobre adopción en el condado, y allí conocen a las trabajadoras sociales Karen (Octavia Davis) y Sharon (Tig Notaro), que les animan a embarcarse en la aventura, junto a otros padres.
Llegado el momento, Pete apuesta por una adolescente Lizzi (Isabela Moner) de 16 años, aunque ignora que Lizzi está junto a su hermano Juan (Gustavo Quiroz) de 8 años, y Lita (Juliana Gamiz) de cuatro. Las asistentas sociales les animan a adoptar a los 3, y así lo hacen. A partir de ese momento su vida cambia absolutamente, dado que los tres vástagos poseen experiencias traumáticas, y la educación de todos ellos no es como pensaban…
El film del director de Somos los Miller parecía apuntar a la comedia edulcorada en que unos padres blanquitos adoptan a un trío de hijos mexicanos de una madre drogadicta en la cárcel, con el peligro de crear un producto merengón. Sin embargo, los gags, y el tono irónico en los diálogos iníciales, dan un cierto aire a la narración. El tono dramático funciona al centrarse en los conflictos de este trío harto de ir de casa en casa, alejados de su verdadera madre. Es cierto que algunas dinámicas de personajes están ridiculizadas, el protagonismo de las trabajadoras sociales a veces chirria; junto a otras frases empalagosas propias de dummies para padres. Lo peor es el tratamiento dado, a la madre biológica, evitando dotar al personaje de su verdadera trascendencia.
Mark Wahhberg está graciosillo, pero la que destaca es Rose Bryne capaz de expresar cualquier registro emocional, empatizando bien con la adolescente Isabela Moner.
Un film muy alejado de las verdaderas dificultades de un proceso de adopción, pero que no engaña en su finalidad: poner una pizca de humor en una temática tan seria.