El término pasivo en arquitectura se refiere a construcciones que no requieren de energía para su funcionamiento
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Viviendas de Consumo Casi Nulo, Casas Pasivas o Passivhaus, son términos que ya nos están llegando a ser comunes sobre la evolución en la construcción de viviendas eficientemente energéticas.
Tenemos que ir familiarizándonos con estos conceptos y que repercusiones entrañan para las viviendas.
El término pasivo en arquitectura se refiere a construcciones que no requieren de energía para su funcionamiento. Una vivienda que está con las ventanas orientadas al sur capta el calor del sol para calentarse en lugar de utilizar calefacción en invierno y estar protegida de la incidencia directa del sol en verano, sería un ejemplo de casa que funciona de forma pasiva.
A partir de aquí, hay muchos niveles de casa pasiva y el gasto energético y la eficiencia dependerán de las posibilidades del terreno, la pericia del arquitecto en la orientación y diseño de la construcción, además de los materiales y los sistemas utilizados para esta.
El término eficiencia en arquitectura se refiere a construcciones que requieren un mínimo de energía para su funcionamiento.
En ambos casos la característica de estas viviendas radica en gran medida en su aislamiento térmico y en el riguroso control de las infiltraciones; cuando conseguimos que nuestra casa esté a la temperatura de confort, sea invierno o verano, no perder o mantener está temperatura, sin tener que consumir energía.
Además de mantener la temperatura de confort, tenemos que garantizar la ventilación, ya que una casa es propensa a presentar muchas patologías, especialmente humedades. Por ello no podemos olvidar mencionar que es una casa donde debe estar garantizado tanto la ventilación natural como la ventilación mecánica con recuperación de calor, es decir, recuperando gran parte de la energía que sale hacia fuera a través de la ventilación. Estos sistemas garantizan una calidad del aire en el interior de la vivienda superior a la del exterior, ya que cuentan con filtros que purifican el aire de las partículas que están en suspensión.
Tenemos mucho que aprender a nivel social del funcionamiento de los nuevos conceptos e instalaciones de la vivienda eficientemente energética ya que el uso cambia considerablemente y es clave para un funcionamiento eficaz.
Es cierto que toda construcción eficiente aumenta los estándares de calidad y esto supone un incremento en el precio inicial, pero se debe tener en cuenta que este incremento se convierte sobre todo “ahorro económico a corto plazo” recuperándolo en 5 o 10 años y “cuidado del Medio Ambiente” reduciendo la huella de carbono.
¿Todo esto como se traduce para una economía familiar? es importante tener una orientación que cuantifique nuestro bolsillo.
Contemplamos como ejemplo una vivienda en la que se construye con orientación estudiada para el mejor aprovechamiento del sol, aislamiento hermético, carpinterías con vidrios de baja emisividad. Con aerotermia, que utiliza como fuente de alimentación la electricidad y el aire. Suelo radiante/refrescante y recuperador de calor para la ventilación.
La emisión de contaminantes es casi nula, ya que con la aerotermia no se realiza la combustión.
Tenemos un solo solo contrato que sería de energía eléctrica, por lo que eliminamos gastos de mínimos de gas y eliminamos mantenimiento de este tipo instalaciones.
Se han realizado estudios, mediante la monitorización de las viviendas construidas con estas características de Eficiencia Energética A y viviendas construidas con sistemas tradicionales Eficiencia Energética D, un ejemplo de costes en una vivienda de 100 m2, obteniendo una media, ya que de unas familias a otras pueden variar los consumos.
Como podemos comprobar el ahorro es de 622,00 €uros al año, y el ahorro en emisiones 1867 KG CO2.