No es gratis, es público, es de toda la ciudadanía navarra y entre todos lo financiamos. Estamos asistiendo a una campaña sin precedentes a nivel político, mediático y económico contra los impuestos. Continuos alegatos contra nuestra fiscalidad, trasladando todos los días el mensaje de que Navarra es un infierno fiscal, y que el cumplimiento de nuestras obligaciones fiscales es poco menos que un expolio y un saqueo por parte del gobierno. Trasladan a la sociedad como una auténtica lluvia final el binomio “más impuesto, peores servicios”, que los impuestos son un timo, que son confiscatorios, que son malos, y que la administración poco o nada nos da a cambio. Toda una irresponsabilidad y falta de conciencia cívica. Y lo peor, es que esto provoca que cale en la sociedad un sentimiento contra el estado de bienestar, además de ser un mensaje demoledor contra el sistema que hemos construido entre todos y todas. Por eso, no debemos olvidar cual es la función de los impuestos.
Nuestro estado de bienestar, el que trata a todas las personas por igual, está basado en la solidaridad y tiene como principio la igualdad de oportunidades. Se construye y financia con impuestos, donde quien más tiene, más aporta al sistema. Un estado de bienestar que nos está garantizando servicios, avances, protección, desarrollo, o ampliación de derechos, y que desde varios frentes vemos cómo se empeñan en hacer retroceder.
Pero los impuestos, lejos de ser un infierno, son el acceso al sistema público de salud, es la educación y formación de nuestros hijos e hijas en todas sus etapas, es la atención a las personas dependientes, la competitividad de las empresas, una jubilación digna, o las prestaciones y ayudas que recibimos cuando las cartas no nos vienen bien dadas. Porque la inmensa mayoría sabemos que nunca podríamos hacer frente a lo que cuesta la educación y formación de un hijo hasta que acaba una carrera o un ciclo si no es con financiación pública. Y sabemos que nunca podríamos pagar de nuestro bolsillo una operación, o el tratamiento que una enfermedad nos puede deparar, que es lo que ocurre en muchos lugares si no se tiene un carísimo y buen seguro privado.
Pero quizás nos equivocamos al dar por hecho que valoramos y somos conscientes de qué significa vivir en este estado de bienestar, porque quienes lo pelearon fueron nuestros padres y no hemos conocido otra cosa, con unos derechos por los que ya no hemos tenido que luchar, ni sabemos cuánto cuesta conseguir, y por unos bienes y servicios que siempre hemos conocido, y creemos que están ahí porque sí.
Y ciertamente, es difícil relacionar el coste que supone a cada navarro pagar impuestos con el beneficio personal que recibimos a cambio, y, por tanto, desconocemos si los impuestos que pagamos, los compensamos con los servicios que recibimos. Y debemos saberlo. No sólo para conocer nuestro reporte individual, sino para valorar lo que tenemos en común como sociedad.
Y sí. Es rentable pagar impuestos. Compensa con creces lo que recibimos. ¿se han parado a pensar cuánto cuesta por alumno un curso en la escuela pública? Porque cada alumno y alumna de primaria tiene un coste de 3.200 euros al año, cifra que asciende a los 5.100 euros al año cuando este alumno/a pasa a secundaria. A lo que hay que añadir 1.600 euros más, si utiliza transporte escolar y 990 euros por comedor. ¿Sabían que pagamos tan sólo el 33% del precio real del viaje en villavesa? Los pensionistas el 10%. ¿Cuánto cuesta un TAC, una analítica, una ecografía o un ingreso hospitalario?, ¿un tratamiento de cáncer, un tratamiento crónico, un parto, el precio real de los medicamentos?, ¿saben que el precio real de una plaza de residencia para personas con discapacidad asciende a 7.000 euros al mes? ¿Qué bolsillo es capaz de asumir esto?
Yo creo que es necesario que nos hagamos estas preguntas, y que sepamos las respuestas, porque sólo así nos daremos cuenta de que somos usuarios intensivos de los servicios públicos, y porque conviene hacer un poco de pedagogía para mejorar la conciencia cívico-tributaria que conlleva al cumplimiento de las obligaciones fiscales.
Es fundamental conocer el destino y el coste de los servicios que tenemos en Navarra para entender también la necesidad de tener un sistema impositivo foral acorde a la calidad de vida de nuestra Comunidad. Porque, además, ello ayudará a concienciar sobre el valor social de los impuestos, a conocer los beneficios y el impacto que aportan a nuestra vida, y valorar más y mejor nuestro sistema de bienestar como un verdadero sistema de igualdad de oportunidades, que obviamente, siendo mejorable, es el mejor en el que podemos vivir. Y, desde luego, la solución no es arremeter contra los servicios públicos y la Navarra que hemos construido entre todos, sino mejorarla y fortalecerla.
Es importante también pararse a reflexionar a donde llevan estos mensajes anti-impuestos, anti-estado, anti-servicios públicos y anti-política. Porque es necesario tener muy presente las consecuencias que ha tenido el triunfo de estos mensajes en otros lugares donde ahora se echan las manos a la cabeza. Milei recordando derechos con motosierra, Trump y su predicamento antisistema, discursos que también se reproducen constantemente en Navarra. Desgraciadamente, la democracia está en crisis en todo el mundo, y uno de los motivos es que intentan hacer creer al ciudadano que la administración pública es un fraude. Y esto es muy peligroso, porque una ciudadanía que no conoce, ni valora los servicios que recibe por parte de la administración, puede tener la tentación de apoyar otros modelos menos democráticos.
Por eso, si queremos fortalecer el estado de bienestar y nuestra democracia, necesitaremos también una defensa de los servicios públicos. Porque tristemente ya vemos cómo en otras CCAA comprobamos algo que no creímos nunca que ocurriría: las políticas sociales y lo derechos de las personas tienen punto de retorno. Necesitamos creer que tienen valor, necesitamos vivir el estado de bienestar como una conquista colectiva y un tesoro a proteger. Los ciudadanos debemos conocer y valorar todo lo que tenemos, y tener sentido de lo común y de lo público.
Ainhoa Unzu
Portavoz Economía y Hacienda del PSN en el Parlamento de Navarra