Esta semana la prensa local se hacía eco del más que manifiesto conflicto existente entre la Orden del Volantín y el Ayuntamiento de Tudela a raíz de las XXIV edición de las Jornadas de exaltación y Fiesta de la Verdura, celebrados los pasados días 20 de abril a 1 de mayo.
Estas jornadas, que nacieron en el año 1986 de la colaboración entre la Orden del Volantín y el Ayuntamiento de Tudela, que tienen gran repercusión económica para toda la Ribera y que este año han sido declaradas “fiesta de Interés de Navarra” por el atractivo que tienen en la atracción de turismo para la zona, se ven enturbiadas por las discrepancias existentes entre las personas que están al frente en ambas instituciones.
La evidencia de la situación es de tal magnitud que ha saltado a los medios, redes sociales, convirtiéndose en algo de dominio público. Y es que a los seres humanos nos gusta el conflicto, sobre todo cuando es ajeno. No lo podemos evitar, atrae nuestra atención.
Más allá del morbo que pueda producir, de las reacciones que pueda haber a favor de los argumentos de una parte o de la otra, si nos aproximamos a este conflicto desde una perspectiva profesional, observamos que la mala relación entre el Ayuntamiento de Tudela y la orden del Volantín se está escalando peligrosamente.
Los conflictos son procesos que en su inicio comienzan por pequeñas cosas sin importancia, que pueden producir algún roce o discrepancia pero que somos perfectamente capaces de ir sobrellevándolos. Sin embargo, un día se produce un hecho que hace que ese conflicto se manifieste con mayor intensidad. Si esta situación no es gestionada adecuadamente, se inicia lo que se conoce como la escalada del conflicto. Poco a poco vamos identificando acciones del otro que interpretamos como actos que realizan en nuestra contra, personalizándonos, estereotipando a la otra parte, hasta convertirnos en enemigos luchando con intensidad por nuestras posiciones y olvidando nuestros intereses que, en muchas ocasiones, son comunes.
Si bien este año, las jornadas de la verdura han tenido un éxito sin precedente, es muy posible, que las dificultades que existen entre la Orden del Volantín y el Ayuntamiento de Tudela tengan un impacto en las futuras ediciones. No hacer nada, no soluciona el problema.
De momento, la reputación de ambas instituciones se está viendo afectada por no ser capaces de gestionar de manera adecuada una situación que se les está yendo de las manos. Parece difícil que ambas partes puedan ser capaces de sentarse a trabajar de manera colaborativa la próxima edición de las jornadas de la verdura si continúan con la trayectoria que vienen desarrollando hasta ahora. No es tan fácil hacer borrón y cuenta nueva.
Como decía Einstein “No podemos resolver los problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. A veces, para cambiar el pensamiento, necesitamos la ayuda de terceros. Sería un ejemplo para toda la sociedad navarra que estas dos instituciones de referencia recurriesen a profesionales en mediación y resolución de conflictos, que les pueden ayudar a solucionar esta situación y a establecer un nuevo marco de colaboración en donde el foco de interés se centre exclusivamente en mejorar año tras año las Jornadas de la verdura, por la importancia e impacto que estas tienen para toda la Ribera.
Amaya Sanz Oricain
Abogada y Mediadora
Socia Mediación Navarra