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El proyecto de Ley Foral de Cambio Climático no afronta los problemas de este cambio, por Ecologistas en Acción de Navarra

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El proyecto de ley foral de cambio climático y transición energética, aprobado este pasado 1 de septiembre por el Ejecutivo Foral no va a solucionar los problemas generados por el cambio climático y la pérdida de biodiversidad. Este proyecto de ley solamente plantea pequeños cambios que no están a la altura de los graves problemas que afrontan Navarra y el Planeta.

Desde Ecologistas en Acción de Navarra advertimos que este proyecto de ley foral está lleno de buenas intenciones pero no entra a cuestionar el actual modelo basado en el crecimiento económico ilimitado. Pretender sustituir unas fuentes de energía fósiles simplemente por otras renovables no va a solventar el grave problema de la pérdida de biodiversidad. Este proyecto de ley es otra oportunidad perdida, otra más, para establecer un decrecimiento ordenado.

Analizado el proyecto de ley foral, para Ecologistas en Acción de Navarra es decepcionante que el mismo no regule a los sectores que más emisiones de gases de efecto invernadero emiten a la atmósfera, como el sector del transporte o el sector industrial. No se prioriza el decrecimiento ni el ahorro energético. A su vez, denunciamos que este proyecto de ley es un auténtico coladero para mega proyectos eólicos y solares, que como venimos denunciando tienen grandes consecuencias para el medio ambiente. Respecto a la energía eólica dice que va a regular su implantación, pero sin establecer unos criterios garantistas mucho nos tememos que los parques eólicos van a seguir destruyendo la biodiversidad, territorio y paisaje navarros. Dota a estos proyectos de carácter de inversiones de interés foral, blindando estos proyectos frente a la oposición de las entidades locales o de colectivos ecologistas y sociales. Habla de la repotenciación, pero lamentablemente no habla de reducir las afecciones medioambientales de estos nuevos parques: una repotenciación viene a multiplicar aproximadamente por 10 el área de barrido de los nuevos aerogeneradores, aumentando la mortandad de aves y murciélagos. Tampoco exige la paralización de los aerogeneradores más mortíferos para la fauna. No establece zonas saturadas por estas instalaciones, ni sus líneas de evacuación. No obliga a compartir líneas de evacuación ni a soterrarlas.

En cuanto a la energía solar no blinda la ubicación en zonas humanizadas, diciendo que prioritariamente serán en suelo urbano y urbanizable. Mientras que el proyecto de ley foral habla de regular su implantación en suelo no urbanizable, y ya sabemos que eso también es un coladero. Desde Ecologistas en Acción de Navarra decimos alto y claro que mientras quede un solo metro cuadrado libre en los tejados de empresas y viviendas no se debería construir ni un solo parque solar en el medio natural.

El cambio climático supone una amenaza para la biodiversidad, de la misma manera que los parques eólicos y solares en el medio natural. Más de 8000 vertebrados han muerto por las aspas de los aerogeneradores desde la construcción del primer parque eólico en Navarra. Hay parques eólicos en Navarra, como el parque de CAVAR, donde cada tres días muere un buitre. Otro tanto ocurre con los últimos hábitats esteparios, que entre la agroindustria, con el avance del regadío, y la construcción de parques solares están seriamente amenazados. Especies relevantes de estos espacios como la avutarda, sisón, ganga ibérica o ganga ortega van camino de extinguirse localmente ante la falta de planificación y control gubernamentales.

Nuevamente desde Ecologistas en Acción de Navarra volvemos a pedir una paralización inmediata de todos los proyectos eólicos y solares proyectados actualmente y presentados en masa. Es necesario reconducir estos proyectos hacia espacios humanizados con menores afecciones al medio ambiente y la biodiversidad. La transición energética que necesitamos no debe basarse en un simple cambio de cromos, en la sustitución de energías fósiles por renovables, sino en un cambio de modelo, centrado en el decrecimiento ordenado, en la reducción efectiva de las emisiones de GEIs en todos los sectores, especialmente los más contaminantes.

El presente proyecto nos vende la movilidad eléctrica como una panacea y solución, obviando que su desarrollo va ligado a los combustibles fósiles para extraer los materiales en las minas. Unos materiales que además son escasos y finitos. Es inviable sustituir nuestra actual flota de vehículos de motores diesel o gasolina por vehículos eléctricos y no afronta los verdaderos retos de la movilidad o del planeta. Además, la movilidad eléctrica va a aumentar todavía más la brecha social.

Tal y como se plantea, la creación de Zonas de Bajas Emisiones se ceñirán a testimoniales zonas peatonales del centro de las ciudades. El presente proyecto de ley nos habla del fomento de la movilidad activa (pie, bicicleta), pero no establece medidas contra el coche. Se pierde una oportunidad para cerrar al tráfico a motor nuestros pueblos y ciudades, potenciando de verdad la movilidad sostenible y colectiva. Los diferentes gobiernos y en concreto el navarro deben desincentivar el uso del vehículo privado, incentivando a su vez con el mismo ímpetu económico con el que se ha venido incentivando al coche, y creando planes de subvención a la compra de bicicletas no eléctricas, sino mecánicas. Otra de las grandes deficiencias del presente proyecto es que mientras se fomenta el tren de alta velocidad no se potencia el tren convencional. Se nos quiere hacer creer que la alta velocidad es sostenible, que va a funcionar solamente con energías renovables, y no es así por la intermitencia de las mismas.

El proyecto presentado no va a solucionar los problemas generados por el sector primario. Confía en reducir los problemas medioambientales con eso que se viene a llamar como economía circular. No se cuestiona el imparable aumento de la actividad ganadera basada en grandes granjas, y mientras se defiende la valorización de los residuos, se van a aumentar los problemas de contaminación por nitratos de suelos y acuíferos. En este sentido, es un proyecto desarrollista que no trata de reducir la actividad ganadera industrializada. En cuanto a la agricultura no promueve los cultivos tradicionales o de secano, no cuestionando el Canal de Navarra. El presente proyecto establece como compatibles los modelos extensivos e intensivos, cuando en realidad este último atenta contra el anterior.

Otro de los grandes ámbitos donde este proyecto no va a significar un avance profundo en la lucha contra el cambio climático es el de los residuos. Se continúa con la línea de la Ley Foral 14/2018 de Residuos, sin establecer sistemas de depósito o sistemas obligatorios de 5º contenedor, sin grandes plantas de tratamiento de los residuos. Se vuelve a crear en la población la falsa creencia de que reciclando se está solucionando el problema. Es cierto que en Navarra no se permite la incineración de los residuos, pero se basa todo en la economía circular, con lo que se perpetúa la valorización, que tantos problemas está dando en diferentes empresas de la geografía navarra, y no se busca la reducción de los residuos.

Uno de los temas estrella del presente proyecto es el alumbrado público. Pero no plantea una reducción ambiciosa y necesaria de la iluminación en las ciudades y polígonos industriales. Algo se mejora, pero no se soluciona el problema sustituyendo las luminarias por unas nuevas de clase A.

Respecto a las medidas sobre el medio natural y la biodiversidad este proyecto de ley foral no afronta los problemas presentes desde su raíz. Se limita a recabar lo estipulado por el marco europeo. Teniendo en cuenta que los fenómenos meteorológicos adversos se van a acrecentar, no busca la recuperación de las llanuras de inundación de nuestros ríos. Son el Gobierno de Navarra, la Confederación Hidrográfica y las Entidades Locales quienes deben liderar este plan, de manera decidida, y por encima de intereses particulares. Para recuperar la llanura de inundación y el dominio público hidráulico se deben establecer medidas de compensación. Adaptar nuestro medio físico a las crecidas e inundaciones es una necesidad que nos traerá otros beneficios, como aumento de la calidad de las aguas, de la biodiversidad y recuperar sumideros de carbono con los bosques de ribera.

Desde Ecologistas en Acción de Navarra somos muy críticos con el presente proyecto de ley foral, que se enmarca en la escenificación autocomplaciente en la que está instalado el Gobierno de Navarra. El presente proyecto no es creíble, se presenta como una declaración de intenciones, pero la realidad de las políticas del Gobierno de Navarra lo desmonta y contradice. Se nos dice que se quiere preservar la biodiversidad pero mientras tanto se impulsa de manera desordenada una avalancha de parques eólicos y solares que atentan contra el medio natural. Gobierno de Navarra acaba de dar el visto bueno a Mina Muga, una mina que al margen de los graves problemas medioambientales y de seguridad que va a generar, va a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero: Todo el proceso productivo, de extracción y transporte de los materiales están basados en el petróleo. Gobierno de Navarra se empeña en impulsar el TAV, una infraestructura ruinosa, que devora nuestros recursos y utiliza una gran cantidad de energía para su funcionamiento. Una energía dependiente de las fuentes más contaminantes (nuclear, térmicas). Mientras tanto el Ejecutivo Foral está dejando de lado al tren convencional, más eficiente energéticamente y que además vertebra el territorio y puede llevar mercancías. El presente proyecto de ley se contradice con la realidad que está impulsando el Gobierno de Navarra con el avance del regadío y del Canal de Navarra, ya que el modelo agrícola intensivo es altamente dependiente de los recursos fósiles. El presente proyecto nos vende que quiere cerrar las centrales térmicas de Castejón, pero no renovando su licencia se solucionaría el tema. Sin embargo Gobierno de Navarra está retenido por los intereses que marcan las empresas y sigue prometiendo un crecimiento ilimitado, cuando esto no es lo que necesitan el medio ambiente y la sociedad de Navarra. El 80% de la energía final consumida en Navarra es de origen fósil, y no todo se puede electrificar con energía renovable. Esto mismo tendría que explicar Gobierno de Navarra en vez de poner la alfombra roja a cientos de proyectos totalmente insostenibles. Los científicos y ecologistas llevamos alertando del cambio climático desde hace 50 años. Seguiremos cumpliendo con nuestro papel, el de alertar a la sociedad que así no vamos bien. Sin políticas honestas que nos lleven a un decrecimiento ordenado nos vemos abocados a un fracaso, a un colapso. Tiempo al tiempo.

Ecologistas en Acción de Navarra