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El colibrí, por Carlos Muñoz

El precio de la resiliencia

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La directora italiana Francesca Archibugi (Vivere, Al Amanecer), adapta a la gran pantalla el bestseller de Sandro Varonesi traducido a más de 25 idiomas. En él nos narra la vida de un chico con problemas de crecimiento que al final llega a ser médico, y debe adaptarse a las vicisitudes de la vida, amores platónicos, y dramas familiares. El film lo protagonizan: Pierfrancesco Favino, Bérénice Bejo, Nanni Moretti, Kasia Smutniak, Laura Morante.

La historia arranca con la familia Carrera de vacaciones en una casa en la playa. Mientras los padres Sergio y Laura acuden a una fiesta con amigos, sus hijos Marco, Giacomo e Irene, permanecen en casa. Marco y Giacomo están enfrentados por Luisa, la hija francesa de los vecinos que también pasan sus vacaciones en la casa colindante. De repente, un hecho trágico marcará el destino de la familia.

La acción nos traslada a veinte años más tarde, observamos a Marco convertido en médico (Pierfrancesco Favino), en la consulta del psicoanalista Daniele (Nanni Moretti), el cual le hace preguntas sobre él y su amor inconfesable, Luisa (Bérénice Bejo), cuya relación nunca dio el paso definitivo. Daniele que trata a la mujer de Marco, Marina (Kasia Smutniak), debido a su problemas mentales, le avisa de que ésta ha descubierto que sigue carteándose con su amor platónico, Luisa, y este hecho le puede traer funestas consecuencias. A partir de ese momento, la historia se desplaza desde el presente al pasado, saltando de un escenario a otro de París a Roma, pasando por la Toscana, mostrando la verdadera historia de Marco.

La directora de Mignon vino a quedarse (ganadora de cinco premios David di Donatello), a través de una narración nada lineal, construye un melodrama con saltos en el tiempo pero que muestran el ejemplo de una persona resiliente, en la cual nos podemos ver reflejados. Es cierto que algunas situaciones se resuelven gracias al azar, y que los continuos flashback pueden llegar a despistar, impidiendo también la empatía con los personajes. Sin embargo, el acierto del film es mostrar ya sea en los inicios del personaje de Marco como hijo ya en el final como padre, el propósito de un hombre por no desfallecer, por mantener el ánimo, aferrándose a recuerdos y sacrificando sus deseos por los de los demás.

Pierfracesco Favino encarna con elegancia a un hombre al que le han repartido malas cartas en la vida, pero sabe jugar con ellas. Bérénice Bejo le da la réplica perfecta, y volvemos a ver al verdadero Nanni Moretti.

En definitiva, un melodrama que narra la vida de un hombre que al igual que el colibrí bate sus alas para mantenerse en un punto, del mismo modo este médico se aferra a la vida para lo bueno y para lo malo.

Carlos Muñoz