pañuelos
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El pañuelo de fiestas es en Navarra un símbolo de hermandad y uno de nuestro gestos más singulares a la hora de acoger a quienes nos visitan y sumergirlo en nuestras tradiciones y costumbres. Desde que el traje de «pamplonica» o «navarrico» se popularizase pasada la mitad del siglo XX, el pañuelo de fiestas se ha convertido en símbolo de nuestra identidad y el elemento que nos une a todos en torno a la fiesta.

Ese simbolismo no ha pasado desapercibido para el tudelano Guillermo Garnica que ha dedicado más de 12 años a reunir y recopilar los pañuelos de nuestras fiestas. Se aficionó al ver la típica estampa festiva de los pañuelos de las peñas rodeando a la imagen de nuestra patrona y, sin quererlo, contó con la complicidad de su madre, «una tudelana que me guardaba todo», recuerda.

Los primeros pañuelos

Cuando se sumó a la peña Andatu pudo comprobar que el ir y venir de pañuelos entre peñistas que se los desataban del cuello para lucir los emblemas de otros amigos, peñas, sociedades, equipos o cuadrillas era algo habitual. «Al poco tiempo me di cuenta de que tenía bastantes pañuelos. Primero 20, luego 30, y me entró la afición por algo que hasta hace poco solo teníamos nosotros, que era una costumbre muy navarra, que se ha convertido en tradicional y a la que no se le había dado excesiva importancia».

Tras mirar al cajón y los armarios, Garnica se dio cuenta de que podía preparar una buena exposición con los pañuelos guardados. En 2008 se animó y preparó la que sería su primera muestra con 50 pañuelos, todos ellos diferentes y con el denominador común de ser únicamente de Tudela. «La primera exposición fue hace 12 años, pero con los 2 años de la pandemia, son en realidad 10 los que se han expuesto, por eso este año celebro el décimo aniversario de la muestra», explica.

«Reconozco que también he gastado dinero en conseguir algunos pañuelos»

Hoy atesora más de 1.000 pañuelos y al habitual rojo de Navarra ha sumado otros representativos de La Rioja o Aragón, «pero sólo de Navarra va a haber al menos mil expuestos en la peña Andatu este 20 de julio», anticipa. Recuerda que al principio tenía que salir con el radar puesto a la búsqueda de pañuelos que no estuvieran en su colección pero desde hace 2 años, asegura, la cosa ha cambiado. «La gente ya me conoce y acuden a la peña con pañuelos viejos que siempre aparecen en los cajones de casa de sus abuelos y de sus padres para fiestas, y me los dejan en la barra. También sigo intercambiando pañuelos y, sobre todo, muchos vienen a la Andatu buscando el pañuelo de la peña y te lo intercambian. Pero también me he gastado dinero en conseguir algunos», reconoce.

Recuerdos más que pañuelos

En su colección, asegura, hay pañuelos muy especiales. «Están los de mis padres, que ya han fallecido los dos y para mí son los dos pañuelos que están en el top. También hay pañuelos de la década de los 70, algunos con la inscripción del 24 al 28 de julio, y es muy emotivo el pañuelo de Bene Lafuente, en el que aparece serigrafiado el escudo de la Teba con el nombre de los componentes de la peña. Era un pañuelo que solo tenía esa cuadrilla. En una exposición Bene me dijo que me faltaba y que lo tendría. En el transcurso de ese año Bene falleció y sus hijos me dijeron que querían que tuviese ese pañuelo que, para mí, es muy especial. Y luego está el motivo por el que los consigues».

Pese a la amplia colección con la que cuenta, Garnica reconoce  que aún le quedan piezas por cobrarse .»De las 16 peñas de Pamplona todavía me quedan dos, que caerán en estos sanfermines», asegura. «Está siendo algo muy bonito porque cada vez viene más gente a ver esta locura y me conocen por ello, algo que para mí es agradable y, sobre todo, motivador», concluye.

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