Paco Cascán ha perdido la cuenta de los años que lleva montando belenes. La creación que ha preparado este año en su domicilio comenzó a tomar forma el pasado mes de agosto y a mediados de septiembre comenzó a montarlo. «Es algo que lleva su proceso. Colocar los telones del entorno, tableros, es algo que voy haciendo a ratos y en esta ocasión me ha llevado tres semanas», explica.
El belén de este año recrea un pueblo con un gran río en sus afueras. En un entorno de ruinas se levanta la posada que negó el cobijo a la Virgen y a San José, y a su lado, en un establo, se sitúa el Nacimiento. «Tengo varios nacimientos y cada año lo plasmo con uno distinto, porque me gusta cambiarlos de un año para otro», comenta el belenista que este año ha incluido en el montaje más de 130 figuras entre personajes y animales.
Por su casa, asegura, pasan estos días decenas de personas. «Viene mucha gente, porque va de boca en boca, y los que no saben me preguntan cuándo pueden pasar. Disfruto mucho viendo a la gente que le gusta y yo mismo disfruto viéndolo todos los días, porque no paro de pensar que puedo hacer para el siguiente».
La Torre del Oro
El elemento más significativo del belén realizado por Paco Cascán este año es su Torre del Oro donde se ubica el castillo de Herodes. La réplica del monumento sevillano le ha llevado al belenista tudelano tres meses de trabajo. «Es una torre que me gusta. Hice la réplica de la Torre Monreal de Tudela como no podía ser de otro modo, pero tenía esa ilusión de hacer la réplica de la torre de Sevilla», relata.
Como todos los elementos que utiliza Cascán para sus trabajos, la torre está creada con porespán que encuentra en contenedores y a los que da un nuevo uso con sus creaciones. «Puedo invertir dinero en pintura y algunos otros materiales, pero nunca en el bloque del edificio». Lo más costoso del trabajo, asegura, «ha sido la réplica de las piedras que levantan el monumento, replicadas a lápiz una a una».
«Me da mucha pena que en Tudela no se pueda disfrutar de un belén público grande como hay en otras localidades»
Me da mucha pena que en una ciudad como Tudela no podamos disfrutar de un belén público grande como ocurre en cualquier pueblo, donde con esos belenes llaman la anteción, y poder ir a verlo con los críos.
Un sitio muy bontio serían los porches de la plaza de los Fueros. Podrían seguir el ejemplo de Cintruénigo, donde esta en una jaula para que nadie pueda llevarse nada y está divino. En Tudela no hay nada de este belenismo y me da mucha pena.
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