La historia del Belén de Cascante se pierde en el tiempo. «Los mayores de Cascante nos cuentan que ellos tienen el recuerdo de ver el Belén de la Virgen montado con unas figuras muy antiguas. Sabemos que hubo un momento en el que se dejó de montar, sin que conozcamos los motivos, hasta que hace 28 años un grupo de mujeres del pueblo decidió volver a montarlo», recuerda María Ucar, una de las voluntarias que hacen posible el montaje de este espectacular Belén.
Las figuras que se conservan del Belén original son precisamente las del nacimiento, la Virgen, San José y el niño, junto con los Reyes Magos y alguna figura suelta de gran tamaño, como el leñador y la yunta de bueyes. Recuperar esta escena fue el primer paso de un grupo inquieto, que se entusiasmó con el proyecto, y que comenzó a realizar cursos de belenismo para hacer casas y que el Belén siguiera creciendo, recuerda Ucar.
El grupo se afianzó de manera estable y en la actualidad está guiado por una decena de personas. Juntos empezaron a investigar de manera autodidacta sobre el belenismo para seguir creando edificios e incluso dotar de movimiento a muchas de las figuras. «Alguien da la idea y entre todos tratamos de darle forma», señala la voluntaria.
6 semanas de montaje
El montaje del Belén comenzaba tradicionalmente tras la festividad de Todos los Santos. Sin embargo, el proyecto ha adquirido tal envergadura que el grupo ha decidido empezar antes, de manera que, pasado el Pilar, comienzan los primeros trabajos. «Hay que sacar los troncos, ver cómo los ponemos, si van en vertical o en horizontal, o cómo nos deja el escenario la Brigada del Ayuntamiento, ya que a más altura, más verticalidad y más se ven las escenas de atrás».
La fisionomía del Belén es algo que cambia todos los años. «El río es lo primero que preparamos, y siempre cambia de sitio y de forma. A partir de ahí todo lo que se nos ocurra. Campos, escenas, el pueblo… cosas que se van decidiendo sobre la marcha con la premisa de no se quede nada sin poner», explica Ucar.
La principal novedad de este año es la configuración del río en torno a las cuevas de Santorcaz, ubicadas en la cara noroeste del cabezo sobre el que se levanta la basílica de la Virgen del Romero y por donde descienden unas cascadas de agua gracias al doble circuito que se ha diseñado para este año y que aporta un efecto espectacular en el Belén.
Más de 250 figuras y una veintena de escenas
En total, el Belén de la Basílica del Romero de Cascante cuenta con unas 190 figuras, a las que se suman las casi 30 figuras con movimiento. Todo sin contar las de pequeño tamaño que recrean niños, ganado, aves, etc.
Con ellas, el grupo de voluntarias y voluntarios configura unas 25 escenas. Trabajos de campo como la labranza, los bueyes, el vareador de la aceituna, el trigo, la matanza, la granja con las gallinas, los cerdos. «Las historias van saliendo conforme montamos el Belén. De un chiquillo jugando, sale una plaza con un columpio y más niños jugando con el puesto de la churrera montando siempre pequeñas historias que creemos que van a llamar la atención de quien visita el Belén», asegura la voluntaria.
Otra curiosidad es que la mayoría de los elementos ornamentales son naturales. Desde los troncos que simulan las cuevas, a la vegetación. Bonsais de olivo, trigo natural que va creciendo y hay que encargarse de cortar, un huerto de plantas naturales que simulan los típicos cardos de Navidad, las lechugas o las coles o los peces que viven en el estanque.
«El Belén no es de nadie, es del pueblo»
Otra de las curiosidades del Belén de la Basílica del Romero es una iniciativa totalmente popular. «El Belén es del pueblo y nos mantenemos con los donativos, que nos permiten afrontar el coste de montar el Belén cada año. Renovar el musgo, las plantas, las espumas, los plásticos para impermeabilizar, las inversiones en material como el cambio de bombillas que se hizo a led, la bomba del río, llaves, gomas, etc. Todo supone entre 800 y 900 euros cada año», cifra Ucar.
Además, es un Belén que no para de crecer gracias a los propios vecinos de la localidad, destaca la voluntaria. «Hay gente que nos compra figuras. El personaje del vino es el regalo de un vecino. El amasador es de otro vecino que quería recordar a su padre, que era panadero. Otros simplemente nos dan el dinero para comprar lo que necesitamos a cambio de que les digamos para qué ha sido».
Más curiosidades
Hay otras figuras curiosas y llamativas, como la imagen de una Virgen embarazada que llegó de la mano de una pareja de cascantinos que hicieron un viaje a Israel. «La vieron y les encantó. Al principio chocaba pero nos permitió sacar la escena del Padrón o Buscando Posada. Todo son detalles que suman», reconoce.
Otras son figuras son pequeños homenajes y reconocimientos. «Una de las compañeras que más ilusión traía falleció tras la pandemia. Nos cosía todas las telas, porque ella era costurera, así que compramos la figura de una mujer, y le hicimos su bastidor con su bordado en su recuerdo».
Tampoco faltan los elementos significativos para los cascantinos son la reproducción de la «fuente de los locos», o la bodega, que no puede faltar en una localidad con tradición vitivinícola como Cascante y que fue regalo de una familia de la localidad.
Horarios de visita
El Belén estará abierto hasta el día 10 de enero de 2023 y abrirá sus puertas todos los días, con excepción de los días de Navidad y Año Nuevo, de 11,00h. a 14,00h. y de 16,30h. a 18,30h.