[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Fue una bendita locura. Por el momento, el lugar, el contexto y el rival. Un éxtasis que fue incontrolable. Dentro de la pista, con Pedro, el autor del gol del triunfo, corría por todo el pabellón con una euforia desatada celebrando el tanto que, justo 60 segundos después, se convertiría en el del triunfo. Más allá del 40×20, los fieles que poblaban la Caldera ‘explotaban’ desatando toda esa pasión que a duras penas había podido contener en los 39 minutos anteriores.
Fue la traca final de un partido caliente y muy polémico y que acabó con el Aspil-Vidal Ribera Navarra sonriente después de ganar por 3-2 a Palma Futsal en un choque que remontó, dominó y en el que no mereció tal sufrimiento, pero el merecimiento, después de cinco empates consecutivos, se transformó en tres puntos. Una victoria muy importante porque reafirma al equipo en su identidad y en su gran momento y, también, porque devuelve a los riberos a los puestos de play-off.
Ese fue el final, fabuloso, de un partido que, de no ser por la espectacular actuación de Carlos Barrón, hubiera estado decidido muchos minutos antes. Y eso pese a que los mallorquines empezaron más fuertes aprovechando la ‘pereza’ con la que el Ribera saltó a la pista. Algo lentos en la circulación y torpes comenzaron los naranjas, que encajaron el primero a los tres minutos tras una pérdida en un saque de banda a favor que acabó en una contra rápida y letal de los mallorquines que concluyó Mati Rosa, en semifallo, para anotar el 0-1.
Este tanto metió todavía más a los visitantes, que disfrutaron de varias ocasiones para ampliar la ventaja, sobre todo a la contra. Pero, entre Sergi Cuxart, que jugó en lugar del lesionado Gus, el palo y la suerte, los baleares no ampliaron la ventaja.
Tras esta puesta en escena, los naranjas comenzaron a crecer y pronto consiguieron el empate. No pudo ser en la primera ocasión, en la que Tripodi remató fuera un servicio de Sepe; pero sí a la segunda, cuando David sirvió en bandeja al propio Sepe el tanto del empate en el minuto 9. El Aspil había tardado, pero había llegado al partido, que empezó a coger una temperatura de la que ya nunca bajó. Todo lo contrario, apenas cuatro minutos después, en el minuto 13, Lemine llevaba por primera vez al éxtasis a la Caldera después de culminar con gol una rápida contra en la que el gaditano, que iba acompañado por dos compañeros, decidió jugársela y batió a Barrón con un fuerte disparo que se le coló entre las piernas.
De ahí hasta el descanso, el partido transcurrió en medio de la igualdad y aunque los riberos trataban de llevar más la iniciativa, todo hacía presagiar que los locales iban a mantener la ventaja, hasta que llegó la primera gran polémica. Barrón sacó en largo a falta de cuatro segundos y, en el despeje con las manos de Sergi Cuxart, los árbitros interpretaron que el valenciano había tocado el balón fuera del área. Era la sexta falta y Catela eligió disparar desde el lugar de la infracción sin barrera. Lo que vino a ser un penalti que Sergi, a falta de 1,7 segundos, no pudo detener.
Épica victoria al final
Fue un golpe duro el del empate, pero el Aspil salió del vestuario como si nada hubiera ocurrido y la puesta en escena fue muy buena. Pazos y Tripodi dieron los primeros avisos antes de que Sergio se encontrara con el palo de cabeza. Una tras otra, las ocasiones llegaban para el Ribera, que siguió probando fortuna con Lemine y Pedro, pero Barrón estaba inconmensurable.
Tras este explosivo inicio, la intensidad de la puesta en escena se fue diluyendo y Palma empezó a poder salir al ataque, aunque sin demasiado peligro, mientras el partido iba entrando en un tramo sin dominio claro, con llegadas alternas y, sobre todo, polémica, protagonizada sobre todo por un más que posible penalti a favor de los locales que se fue al limbo. El choque era muy complicado de llevar y los árbitros tenían problemas para guiarlo por el camino correcto, por lo que los minutos iban pasando en medio de la polémica y la nada. Porque había muchos nervios en la pista y poca claridad de ideas en las cabezas de los jugadores, que, poco a poco, fueron templando los nervios. Una calma que llegó a falta de unos cinco minutos y con 2-2 en el marcador, por lo que escondía una tensión que podía explotar en cualquier momento de un partido que se encaminaba a un final de órdago.
Palma quería los tres puntos, y por ello vistió a Catela de portero-jugador a falta de dos minutos, una decisión que ‘Pato’ vio venir, por lo que mandó a sus pupilos a presionar para dificultar la salida de balón y, así, retrasar el ingreso de Catela. Cuando lo hizo, la jugada no llevó peligro. Y la respuesta del Ribera acabó en un delirio. Tenía que llegar la victoria para el Aspil después de tantos méritos acumulados en este duelo y los anteriores, y lo hizo justo cuando el reloj se encaminaba al último minuto. Llegó tras una rápida transición de los naranas que culminó Pedro enviando a la red un servicio de Ferran para hacer estallar a la Caldera y dar paso a la locura.
Quedaban 60 segundos, pero ya nada pasó, por lo que el Aspil-Vidal Ribera Navarra FS se marcha con tres puntos y una sonrisa al parón por la Copa de España. Días que los jugadores aprovecharán para descansar y, así, afrontar en plenitud de garantías los últimos partidos con la vista puesta en un play-off para el que todavía quedan siete batallas por delante.[/ihc-hide-content]