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Eduardo Blanco ha presentado en la Casa de Cultura de Corella su última publicación, «Bardenas, en busca de la luz», un trabajo en el que se ha aventurado resumir 20 años de trabajo en este entorno natural y una base material de más de 6.700 fotografías. Como el propio artista reconocía «se pueden hacer muchos libros sobre las Bardenas y en este muestro lo que a mí más me gusta y lo que a mí me ha parecido diferente».
Adentrarse en las páginas de «Bardenas, en busca de la luz» es hacerlo en la mente de un artista metódico, capaz de imaginar la escena y paciente a la hora de disparar con su cámara. La mayoría de las imágenes, reconoce, «son fotografías que tengo en la cabeza y que muchas veces no llegan a ocurrir». De este modo no solo capta la belleza de un lugar que reconoce como único en Europa en un momento especial, sino que sorprende al espectador con imágenes propias del amazonas y la selva negra, o se concentra en detalles casi próximos a la abstracción, redescubriendo un territorio icónico y multitud de veces fotografiado. «Mi objetivo ha sido que la gente que tenga el libro en sus manos se sorprenda porque se encuentra con algo que no esperaba ver en las Bardenas», asegura.
La inspiración que ha guiado a Blanco en este proyecto ha sido tan importante como la ilusión que ha puesto en la consecución de las imágenes, reconocía el fotógrafo turiasonense Toño Martínez, que acompañaba a Blanco en la presentación de esta obra en la que el protagonismo recaen en la imagen y en la que son las fotos las que soportan el guión y el relato, mostrando el paisaje a lo largo de un día, amanecer, día, atardecer y noche, y a lo largo de un año, mostrando el paisaje en primavera, verano, otoño e invierno.
Crowfunding
Después de 20 años fotografiando las Bardenas, los dos últimos especialmente intensos, Blanco decidía poner en marcha el proyecto en mayo de este año a través de un micromecenazgo en el que se han involucrado más de un centenar de personas y que, reconoce, han hecho posible este libro en el que el compromiso medioambiental ha estado presente hasta en los materiales necesarios para su edición.
El fotógrafo ha reconocido el esfuerzo que ha tenido que realizar dada la envergadura del proyecto. «Son muchos años y muchas fotografías. La idea está en tu cabeza pero nunca sabes cómo va a ser el final. Soy un fotógrafo que selecciona mucho y descarta mucho material y aún así partía de un archivo de 6.700 fotografías», ha explicado.
Bardenas, señala, es un entorno vivo, que varía en un proceso natural. «Es dinámico y es algo que he notado al hacer las fotos, incluso he tenido la tentación de centrar ahí la temática del libro, pero al final he pensado que iba a gustar mucho más ver entornos conocidos de las Bardenas en un momento especial. Me gusta descubrir a la gente lo que tiene al lado de casa, en entornos cercanos, y que para ver cosas bonitas no hace falta irse a tal o cual país», ha concluído.
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