Desde nuestra entidad se quiere conocer qué tipo de obras se van a llevar a cabo y si en concreto se han tenido en cuenta tanto el diseño original de los tajamares del puente medieval sobre el río Ebro, como la población de la efímera (EPHORON VIRGO). Por estos motivos nos hemos puesto en contacto con el Servicio de Construcción de Obras Públicas y el Servicio de Biodiversidad de Gobierno de Navarra.
LOS TAJAMARES DEL PUENTE MEDIEVAL SOBRE EL RÍO EBRO
En siglos pasados se realizó una modificación de la dirección del cauce aguas arriba del puente. No se sabe a ciencia cierta si la gran crecida producida hacia 1600, y que produjo importantes daños en el puente de piedra de Zaragoza, derribando dos de sus arcos, motivó que aguas arriba del puente de Tudela el río divagara hacia la margen izquierda, abandonando la margen derecha por donde transcurría. Lo que sí está más o menos claro es que sobre estas fechas se permite por parte del Rey cultivar las tierras de la Mejana. Esta zona de cultivo se protege de las inundaciones en 1675 con la construcción de la mota de la Mejana. Se produce por primera vez una modificación de la dirección del cauce. Los tajamares del puente medieval fueron construidos y diseñados para afrontar el agua que originalmente venía desde la dirección de la Mejana, de manera totalmente perpendicular al puente. Con la construcción de la mota de la Mejana el agua incide en los tajamares de manera oblicua, con un cambio de unos 45º. Esta primera modificación del cauce se consolida con la construcción definitiva de la mota de Traslapuente, en la margen izquierda, en 1900.
Como venimos denunciando, las modificaciones y presiones a las que sometemos a nuestros ríos generan una serie de consecuencias. En el caso que nos ocupa, el cambio de dirección del agua puede estar afectando a la integridad de los tajamares. Podemos estar de acuerdo con que las obras de mantenimiento son siempre necesarias, pero debemos pensar que los tajamares fueron construidos para afrontar el agua de manera perpendicular y no de forma oblicua, ya que de esta manera ofrecen más resistencia al empuje del agua.
A su vez, y como también apuntamos en nuestro informe “Inundaciones del río Ebro en Tudela: Causas y propuestas para minimizar los daños” de 2016 (https://www.ecologistasenaccion.org/31939/medidas-para-paliar-las-inundaciones-en-tudela/), esta modificación del cauce dirigió el agua justo hacia las desembocaduras de los ríos Mediavilla y Queiles. Con anterioridad a la modificación del cauce en 1675 y definitivamente en 1900, el agua del río Ebro pasaba de manera perpendicular por ambas desembocaduras, mientras que actualmente el agua del Ebro tapona ambas desembocaduras de sus afluentes, agravando las inundaciones del Casco Antiguo de Tudela. Encorsetar al río Ebro entre motas, reduciendo o eliminando su llanura de inundación hace que el río además se lamine allí donde puede, como es el caso de la parte baja de la ciudad.
Para tratar de mitigar el efecto de las inundaciones en Tudela, lejos de darle espacio al río, se colocaron unas compuertas en las desembocaduras de los ríos Queiles y Mediavilla. Estas compuertas no están en funcionamiento. De momento no se han colocado las bombas de achique y solucionado los graves problemas generados, como la creación de un bypass aguas arriba del Queiles. Volvemos a recalcar aquí nuestro rechazo y preocupación ante estas obras, que se alejan de la verdadera solución, pudiendo en caso de mal funcionamiento crear gravísimos problemas de seguridad en Tudela.
Retroceder en el tiempo y solucionar este problema es muy complicado por encontrarse la llanura de inundación aguas arriba del puente del rio Ebro ocupada y totalmente humanizada. Ayudaría a mitigar este problema crear, allí donde fuera posible, zonas de inundación controlada. Esto cumpliría con la Directiva de Inundaciones y además haría disminuir los gastos originados por las reparaciones. Hay que recordar lo que nos viene recalcando la Unión Europea al respecto de que España invierte tres veces más en las reparaciones y ayudas que en la prevención de las inundaciones.
EFÍMERAS (EPHORON VIRGO)
El tramo del río Ebro a su paso por la ciudad de Tudela está habitado por una importante población de la efímera EPHORON VIRGO. Este insecto eclosiona de manera muy numerosa, entre agosto y septiembre, en algo único a nivel mundial para esta especie. Desde hace unos años venimos reclamando sin éxito medidas para su protección, preocupados por su declive.
En nuestras anteriores denuncias alertábamos a los responsables del Ayuntamiento de Tudela y Gobierno de Navarra de la grave afección de la contaminación lumínica sobre esta efímera. Esta especie de efímera sale del agua tras abandonar una fase larvaria de varios meses y se ve atraída por la luz que emiten las farolas del puente del Ebro. La vida de estos insectos, una vez alcanzado su estado alado o de adulto apenas dura unas breves dos horas, donde se producen la cópula y la puesta de los huevos.
A su vez, es sabido que esta especie concreta de efímera (Ephoron virgo), por su sensibilidad ante la contaminación las aguas, está considerada por la ciencia como un claro bioindicador en cuanto a su calidad en los grandes ríos donde habita. Por tanto, no resulta aventurado afirmar que algo no precisamente bueno está sucediendo en las aguas del Ebro, al menos en este tramo de su curso medio.
Los informes publicados por Ecologistas en Acción “Glifosato, una plaga para la salud de nuestros ríos, el medio ambiente y las personas” (https://www.ecologistasenaccion.org/147601/) y “Ríos hormonados” (https://www.ecologistasenaccion.org/35829/informe-rios-hormonados/) nos llevan a pensar que los productos fitosanitarios utilizados en la agroindustria puedan estar afectando a esta especie. Recordamos que los plaguicidas están diseñados para actuar como tóxicos contra los organismos a los que pretenden combatir, pero también pueden dañar a otros seres vivos.
Por cuarto año consecutivo, su dinámica poblacional ha ido cayendo desde 2017 hasta hoy. Si bien en 2019 llegaron a experimentar un ligero remonte, en 2020 han sufrido un rotundo desplome, hasta tal punto, que en todos los años que llevamos de seguimiento, no hemos conocido ninguno otro peor. Y no sólo por las bajísimas densidades de las eclosiones, sino también por los escasos días que éstas han acontecido.
Por estos motivos, alertamos de las posibles consecuencias que puedan tener las obras sobre la efímera en su estado larvario al remover el lecho y las gravas, lugar donde habitan durante meses cumpliendo su función ecosistémica. Es más que probable que si se actúa sobre el lecho y las gravas se reducirá la población de la efímera, suponiendo otro mazazo para esta especie que se encuentra en uno de sus peores momentos.
A su vez, solicitamos que se aprovechen las obras de remodelación del puente para instalar los sistemas eléctricos que hagan que durante los momentos de las eclosiones (Apenas 1 hora en el ocaso desde mitad de agosto hasta mitad de septiembre) se reduzca considerablemente la contaminación lumínica en el puente del Ebro.