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La Dra. Lourdes Tomás Rubio compartía con los lectores en la bodega de la librería Letras a la Taza las reflexiones y experiencias profesionales que le han llevado hasta las páginas de «La salud, tu mejor talento. Un camino hacia la vida saludable», una obra en la que propone alcanzar un estado superior de bienestar respetando los ritmos biológicos del cuerpo, con una alimentación consciente y de noches con sueño de calidad, «reconectarnos con nuestra verdadera naturaleza para convertirnos en gestores y promotores de nuestra salud», resume la autora.
Mucha culpa de este camino hacia la salud y de las preguntas y respuestas que Lourdes Tomás se ha planteado antes de proponer unas opciones de vida saludables a los lectores está el el carácter inquieto de esta doctora de ascendencia tudelana por parte materna. «Como médico de familia veía que me faltaba una parte importante a la hora de acompañar a mis pacientes. No concebía, por ejemplo, que si somos lo que comemos un médico de familia no esté formado en nutrición como verdadero experto». De este modo, no le costó decidir completar su formación como facultativa en la Universidad de Navarra con nuevas «herramientas» como la nutrición y la sofrología, cuya puesta en práctica, asegura, «me permitió comprobar que los pacientes se sostenían en un estado de salud muy diferente al que estaba aplicando en la sanidad convencional en la que recetas un medicamento y le dices al paciente que vuelva para ver cómo va dentro de un tiempo».
La medicina de familia debe de volver al ser humano con toda su globalidad
Comenzó entonces, recuerda la Dra. Lourdes Tomás, un proceso de «revolución interna y proceso de búsqueda», que le llevó a concebir al paciente como un todo que incluía desde cómo comía, cuándo iba al baño, su relación de pareja o cómo le iba en su trabajo. Inició una formación en psicoinmunoneuroendocrinología, medicina biológica, ciencias que integra cuerpo, mente y emoción y que tras la experiencia y puesta ne práctica le llevan a afirmar que «la medicina de familia debe de volver al ser humano con toda su globalidad y a utilizar otras herramientas que no siempre debe de ser un medicamento para conquistar la salud».
El contexto actual, reconoce, no es el más propicio para el ser humano y comparte la afirmación de que el desarrollo nos ha llevado a la época en la que peor nos estamos alimentando y el trabajo al momento en el que peor estamos descansando. «Una de las cosas que he descubierto en este camino es la cronobiología. Te das cuenta que el cuerpo humano cuenta con unas fuerzas generadoras que crean salud día y noche, y ves que en el cuerpo todo tiene un ritmo, una hora precisa para acontecer y la finalidad es que ese cuerpo sobreviva. El cuerpo no tiene en su carga genética el mecanismo de enfermedad. En nuestros genes puede venir información de determinadas enfermedades pero que se despierten dependen de estilo de vida en los que influyen cuestiones como la alimentación que yo pueda estar llevando. Cada vez hay más ciencia que apoya que enfermamos por la epigenética, el estilo de vida que estamos llevando. En este sentido, en los últimos 70 años la nutrición es uno de los aspectos que ha cambiado de manera muy drástica por la entrada de azúcares, harinas refinadas, fast food, grasas trans… ha habido una conversión de estar comiendo fruta, verdura o legumbre a una comida a una comida destructiva para nuestro organismo. Lo mismo ocurre con el estrés o el sueño, que avasallan a las fuerzas generadoras de salud que tenemos en nuestro cuerpo».
«El tipo de comida, el estrés o el sueño, avasallan a las fuerzas generadoras de salud que tenemos en nuestro cuerpo»
La autora también defiende la necesidad de buscar un equilibrio entre quienes somos y quienes fuimos. «Está claro que no tenemos que desechar todo lo que el desarrollo nos ha puesto en la mano: teléfonos, tablets, gimnasios que abren a las 10 de la noche… pero debemos aprenden a utilizarlo. La tecnología ha llegado de manera abrumadora y no somos conscientes del uso optimo de todas ellas. Con la luz nos ha pasado algo parecido. No digo de irnos a las 6 de la tarde a dormir pero sí ser conscientes de si nos conviene ir a una actividad deportiva intensa a las 9 de la noche. Creo que hay que aprender a controlar y gestionar todos esos recursos que estamos teniendo».
Todas estas reflexiones, con su planteamientos y recomendaciones aparecen recogidas en las páginas de «La salud, tu mejor talento. Un camino hacia la vida saludable», unas propuestas que, matiza la autora, no tienen que implicar cambios drásticos en nuestra vida. «Hay cambios de ir a por nota pero otros más fáciles de asumir que comienzan por cuestiones básicas como desayunar si no lo hacemos, hacer un tentempié a medio día… hay que empezar por cosas sencillas para tomar consciencia de que lo que podemos hacer para mejorar nuestra salud».
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