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Mª Dolores Arrondo Aguerri, además de concejala en el Ayuntamiento de Fustiñana desde hace tres legislaturas, es una mujer comprometida y solidaria que, desde que comenzó la Covid 19, ha confeccionado mascarillas para todos cuantos las han necesitado, incluso para niños y adultos de África. Ella es una de las héroes de esta pandemia, junto a otras fustiñaneras que han participado en el mismo proyecto.
¿Cómo y por qué se les ocurrió hacer las mascarillas?
En el momento en que surgió la pandemia, el 14 de marzo pasado, todo el mundo nos vimos en la necesidad de que hacían falta y no se encontraban por ningún sitio, entonces qué mejor momento para ayudar a nuestros vecinos, haciendo las nuestras propias, para ayudar a residencias, hospitales, y a todos los que hacía falta. Se hizo un llamamiento y enseguida se prestaron 15 personas, la mayoría mujeres, y todas nos pusimos manos a la obra.
¿Cuántas confeccionó y a quienes se entregó?
En un principio se había cerrado todo, estábamos todos confinados en casa, y fuimos recogiendo telas como se pudo, sacando las que teníamos, trocico que había trocico que servía para hacer una mascarilla. Fueron muchísimas las que se confeccionaron en Fustiñana. Cuando ya pasó el confinamiento, las empresas iban fabricando en mayor cantidad, ya no se usaban tanto las de tela y dejamos de hacer, pero nunca del todo. Estábamos dispuestas a que en el momento en que hiciese falta ahí estábamos, después a través de una vecina, que colabora mucho en África, me llegó una fotografía de unos niños que se ponían unos cartones de mascarilla. ¿A quien no le llega eso al alma?, seguí haciendo y se las mandamos cuando se pudo, porque allí también estaba todo cerrado. Fui haciendo los ratos que podía, no como en pleno confinamiento, que metía bastantes horas, y rato que tengo rato que coso. Les mandé en un primer momento 600 unidades y me mandaron una fotografía de agradecimiento con ellas puestas, que eso es súper emocionante, no se piensa ni en el tiempo que te ha costado de hacerlas, ni el dinero, ni en nada porque es muy grande la satisfacción que se siente. No se puede decir, es indescriptible, y de momento sigo haciendo, menos cantidades, pero esperamos poder mandarles más. Estamos viendo que esto es largo, no se está terminando tan fácil y mientras podamos ayudar ahí seguiremos.


¿Cómo está viviendo personalmente la pandemia desde su comienzo hasta hoy?
En un principio, yo creo que a todos nos asustó un poco ver las noticias, como nos lo iban contando, la verdad es que nos encogían,. Cada día veías cómo la gente estaba enfermando, lo mal que lo pasaban,y cuántos se iban quedando en el camino, y sí, se tenía miedo, ¡para que vamos a engañarnos!.
¿Qué emociones y sensaciones percibe usted entre sus vecinos?
Ahora vamos viéndolo de otra manera, no hemos bajado la guardia, seguimos con nuestras mascarillas, todos súper concienciados, tenemos unos vecinos ejemplares. En Fustiñana, sobre todo, se ha guardado mucho las distancias. La mayoría,como en todos los sitios,siempre hay quien se salta la norma,pero eso no se puede evitar. Creo que lo vamos llevando, de distinta manera que al principio, pero repito, sin bajar la guardia. La manera de vivir sí que nos ha cambiado a todos bastante, no poco bastante.
Las vacunas ya están aquí, ¿Ve usted la luz al final del túnel?
Se nos está diciendo tantas cosas contradictorias que, aunque no quieras, te crea duda. Al final creo que nos vacunaremos todos, y esperamos que todo esto nos haga el efecto deseado, y se lleve este virus de una vez. El final del túnel no lo veo tan cerca, creo que tardará, igual es que en este tema soy pesimista. No obstante, tengo claro que se tardara en recuperar la normalidad anterior, pero lo bueno es contarlo. Pido a todos nuestros vecinos mucha responsabilidad, extremar las precauciones todo lo que se pueda, y así podremos ir con plena libertad. Desde aquí pido mucha salud para todos en general, y cómo no, para los vecinos de Fustiñana. ¡Mucho ánimo y muchas gracias a todos!