El curso escolar llega a su fin, con las clásicas evaluaciones, que analizan rendimientos y capacidades del alumnado, de acuerdo a las correspondientes programaciones. No podía faltar el “Informe Pisa”, que lleva a cabo la OCDE a nivel mundial y que mide el rendimiento académico de los estudiantes en matemáticas, ciencia y lectura, con el objetivo de proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas educativas, ya que el Informe no evalúa al alumnado, sino al sistema educativo.
El volumen III de PISA ha ido un poco más allá y ha explorado hasta qué punto el alumnado genera ideas diversas y creativas en cuatro áreas: expresión escrita, expresión visual, resolución de problemas sociales y resolución de problemas científicos. Dicho Informe concluye en que el rendimiento medio del alumnado, en este aspecto, es en España ligeramente superior al del promedio de la OCDE y al total de la UE, lo que no está nada mal.
Para mejorar la creatividad y el consiguiente “pensamiento divergente” existen múltiples actividades relacionadas con el arte, el teatro, la danza, la música (con sus diversos ritmos y melodías) o la escritura creativa. Pero, desgraciadamente, muchas veces han tenido la consideración de “marías” y, por lo tanto, carentes de una programación seria y regular. Y conviene saber que todas las materias están relacionadas y es necesario generar nuevas ideas y asociaciones que conducen a soluciones, por caminos diferentes, a toda clase de problemas planteados.
Federico García Lorca, en su conferencia “Las nanas infantiles”, afirma que las nanas “son los primeros pasos por el mundo de la representación intelectual” y, asimismo, insiste en que “el niño es nocente y, por lo tanto, sabio”. Y, muchas veces, por la rigidez de ciertas programaciones, anulamos esa sabia inocencia, siempre proclive al desarrollo de la imaginación.
Así que, en estos finales de junio, en que cerramos con una mano la puerta del curso, para abrir con la otra la de las vacaciones, puede ser un buen momento para la lectura, la música, la escritura y demás manifestaciones del Arte, dejándonos guiar por la libertad, la espontaneidad y la sensibilidad que provocan las emociones. Porque emoción y creatividad van siempre de la mano.
¡Feliz verano creativo!