[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]Aitor Lapuerta Amilleta no puede evitar emocionarse cuando recuerda a los antepasados de Cortes que utilizaron el Lavadero-Abrevadero que el Ayuntamiento construyó en 1927 y que ahora quieren recuperar desde la Iniciativa Vecinal “El Lavadero”. Y es que estas emblemáticas instalaciones municipales se encuentran en estado de ruina total y sería necesaria una inversión de 92.504,50 euros (80% Consorcio EDER y 20% Ayuntamiento) para rescatarlas y convertirlas en otro atractivo turístico más junto al Palacio Castillo, La Exposición Permanente del Alto de la Cruz, la Iglesia San Juan Bautista o el Museo del Huevo de Avestruz.
“Nos proponemos reconstruir ese lugar de encuentro y trabajo donde las mujeres acudían a diario cargadas de ropas, anécdotas, vivencias, chismorreos…Allí se lavaba y centrifugaba de todo”, comenta Aitor Lapuerta quien, junto a un grupo de 12 personas más, están impulsando este proyecto. “Para ello necesitamos que los vecinos nos ayuden aportando fotografías, recuerdos, anécdotas, fechas que recordar”, insiste.
En 1905 el Ayuntamiento de Cortes comenzó a hacer gestiones para la construcción de un lavadero que en 1914 se presupuesto en 2.000 pesetas (12 euros) mediante un proyecto que, además, contemplaba dotar a los vecinos de abrevadero, tenderero y matadero de reses. “Se contaba con el terreno necesario puesto que el Duque de Granada estaba dispuesto a ceder en permuta cinco robadas que poseía en Almazán por igual superficie de terreno en La Mejana. Es necesaria la construcción del Lavadero por la distancia que separa esta villa del Canal Imperial, además puede aprovecharse el agua que ha de emplearse para el riego”, según consta en la documentación recuperada desde la Iniciativa Vecinal El Lavadero.
Aitor Lapuerta Amilleta recuerda que fue el 27 de agosto de 1926 cuando la Sociedad Azucarera Ebro dio permiso al Ayuntamiento “para que pase un litro de agua por segundo, de sol a sol, para el establecimiento de la fuente abrevadero y que pueda pasar por la misma boquera de la fábrica”.
Dos meses después, el 22 de octubre de ese mismo año, el alcalde Martín de Martín Urzáiz dio permiso para inspeccionar las obras de construcción del Abrevadero-Lavadero, adjudicadas a Columbiano Segura. Un año más tarde, el 15 de agosto de 1927 quedó cerrada la liquidación de las obras. “Hubo un pequeño incidente porque se pasaron 353,70 pesetas (2,12 euros) del presupuesto por hacer una bancada de cemento armado. Al final todo se solucionó dentro del buen hacer y entendimiento”, se aclaraba en el documento del archivo histórico de Cortes.[/ihc-hide-content]