Detrás del mostrador de su negocio, Catalina Palacios no ha perdido la sonrisa y el buen humor que la caracteriza. Su establecimiento, Librería Arco Iris, es uno de los que sigue abierto a pesar de la crisis del coronavirus y el estado de alarma. Y es que en este local podemos encontrar todo tipo de prensa, libros y también se despacha un bien básico como es el pan.
Ante esta nueva situación, Catalina, siempre con los guantes en las manos y la mascarilla en la cara, no pierde la calma: «la gente está nerviosa, pero sigue viniendo», asegura. «Yo creo que se lo está tomando bastante bien y de una forma muy cívica. Entran de uno en uno, y los demás esperan en la calle para mantener las distancias de seguridad, pero no hay alarmismo ni histeria. Yo creo que si todos cumplimos las normas y nos lo tomamos en serio, poco a poco la situación irá a mejor».
Toda la gente que va entrando, eso sí, habla de lo mismo: «Es un monotema, como es natural», explica. «Todo el mundo habla del coronavirus, de la situación que se ha creado… Y la verdad es que mucha gente ahora compra más prensa, para estar entretenido en casa. También muchos padres están comprando libros para sus hijos, o juegos para que puedan pasar el tiempo».
Ella asegura no tener miedo, aunque esté más expuesta al virus que la gente que permanece en casa. «Tomando las medidas adecuadas y teniendo una buena higiene, no creo que pase nada. Siempre estás un poco nerviosa, pero bueno… Lo sobrellevamos bien». Mientras dure esta situación, Catalina permanecerá en su tienda de Camino Caritat, al pie del cañón como tantos otros trabajadores.
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