[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]
La consejera de Cultura y Deporte, Rebeca Esnaola, ha visitado la finalización de las obras de restauración de la Torraza de Valtierra, junta al alcalde de Valtierra, Manuel Resa y representantes de la corporación.
Las obras cuyo plazo de ejecución ha sido de cinco meses han contado con un presupuesto de 215.299,878 €, IVA incluido. Con esta consolidación se culmina un pro-ceso iniciado en 2017 por el Servicio de Patrimonio Histórico de la Dirección General de Cultura – Institución Príncipe de Viana.
Queda adecuar el entorno y mejorar los accesos para la visita pública de este monumento. Con el fin de facilitar futuras actuaciones de adecuación que tiene previsto llevar a cabo el Ayuntamiento, se han realizado derribos de cierres de parcela existentes y movimientos de tierra en torno a la torre. Finalizadas estas labores de acondiciona-miento, el Servicio de Patrimonio Histórico instalará un panel informativo de la Torraza para hacer más comprensible la visita
Origen militar de época bajomedieval
A la espera de que se realicen los análisis de carbono 14 previstos sobre las muestras de madera recuperadas, los estudios realizados durante las obras parecen confirmar que se trata de una torre de origen militar bajomedieval cuya función pudo ser la de conectar visualmente los castillos de Valtierra y Arguedas, dada la falta de visibilidad entre ambas fortificaciones.
Actuación realizada
Los arquitectos encargados de la restauración desarrollaron a nivel teórico durante la fase de redacción del proyecto diversas propuestas de actuación, con un abanico de opciones que iba desde la consolidación mínima hasta la reconstrucción volumétrica completa, pasando por estadios intermedios.
Tal y como se explicó en su momento a los miembros de la corporación del Ayuntamiento y a los vecinos de Valtierra, en sendas charlas expositivas, el análisis evidenció que cuanto mayor era el grado de intervención, mayor era el cambio de imagen, y mayor, por lo tanto, el desapego o rechazo que pudieran sentir los vecinos de Valtierra por la actuación, al no reconocer en el monumento restaurado a “su Torraza”.
Finalmente se ha optado por una actuación que busca el equilibrio entre el grado de consolidación que se pretende alcanzar y el respeto a las huellas de la historia, a la materialidad y a la característica imagen actual. La Torraza ya no se entiende como arquitectura funcional que haya que rehabilitar sino como unos restos arqueológicos que deben ponerse en valor y conservar.
[/ihc-hide-content]