Canal de Navarra
Trabajos del canal de Navarra en la ampliación de la primera fase hacia Tierra Estella. Foto Canasa
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[ihc-hide-content ihc_mb_type=»show» ihc_mb_who=»4,5,6,7,8,9″ ihc_mb_template=»2″ ]El vicepresidente económico del Gobierno de Navarra, Manu Ayerdi, y la consejera de Desarrollo Rural, Ana Elizalde, están dando a conocer las conclusiones del estudio realizado por el Gobierno de Navarra para responder a las necesidades de suministro de agua de calidad tanto de boca como industrial para la Ribera, un estudio cuya principal conclusión, ha reconocido Ayerdi, «es que la mejor opción para responder a esas necesidades es continuar con el desarrollo del Canal de Navarra hasta la Ribera».

Ayerdi ha explicado que este desarrollo no sería de un canal tradicional a cielo abierto sino que la apuesta es realizarlo a través de una tubería tal y como se está haciendo con la ampliación de la primera fase hacía Tierra Estella.

El análisis realizado concluye que “con cierta frecuencia se detectan deficiencias en la aptitud del agua suministrada para consumo humano en la Ribera”, y que la misma “viene derivada de la mala calidad del agua de las fuentes de suministro provenientes del Ebro-Canal de Lodosa, canal Imperial y aguas de pozo”.

La solución a estos problemas pasa por “utilizar agua de buena calidad para sustituir los orígenes de agua de mala calidad”. El estudio manifiesta que la alternativa recomendable sería sustituir estos suministros por agua de calidad de Itoiz, manteniendo el actual suministro de Yesa para Arguedas, Valtierra y Cadreita, y los pozos para el polígono industrial de Buñuel.

Según ha indicado el vicepresidente Ayerdi en rueda de prensa es “responsabilidad de este Gobierno garantizar el derecho a consumir agua de boca de calidad a todos los navarros y navarras. Con esta alternativa se solucionan los problemas de calidad ya que todo el suministro de agua para abastecimiento urbano e industrial se realiza desde fuentes de alta calidad, disponemos de concesión de agua para este uso y la infraestructura puede proyectarse y ejecutarse en un plazo relativamente breve”.

Por lo que se refiere al abastecimiento para riego, la consejera Elizalde ha aclarado que Navarra con su actual concesión de la solución Itoiz-Canal de Navarra -con una dotación de 6.400 metros cúbicos por hectárea- podría atender 15.300 hectáreas de regadío. “La concesión actual y la propia capacidad del embalse nunca podría garantizar el riego para las 21.522 hectáreas de las anteriores previsiones para la segunda fase del Canal”, ha asegurado Isabel Elizalde.

Asimismo, según el estudio de alternativas “la propuesta técnica nos habla de una superficie potencial de entre 9.000 y 10.000 hectáreas que, unida a la demanda de agua de boca e industria, haría necesario una red de distribución con una capacidad de transporte de entre 10 y 15 metros cúbicos por segundo”, ha continuado la consejera Elizalde. En todo caso, este planteamiento está supeditado a la voluntad que manifiesten las comunidades de regantes de incorporarse al proyecto.

Esta solución descarta el canal a cielo abierto por su coste y su mayor impacto ambiental, y tal y como ha señalado la consejera Elizalde “esta solución reduciría probablemente en más de un 40% el coste de las previsiones iniciales para la segunda fase del Canal, presupuestado con un canal a cielo abierto”.

El vicepresidente Ayerdi y la consejera Elizalde han asegurado también que la concreción de la solución definitiva deberá, además, considerar los siguientes elementos: asegurar los recursos disponibles en la Ribera, la posición que adopten los futuros usuarios ante las alternativas que se plantean y la concreción definitiva de hectáreas al proyecto, la mejora del modelo económico financiero en comparación a la situación actual, el planteamiento claro de financiación de la alternativa, las variaciones posibles de las zonas regables, el intercambio posible de concesiones de agua y la adaptación al cambio climático. Por tanto, la propuesta definitiva precisa abordar de “manera inmediata” un trabajo de contraste con comunidades de regantes y con entidades locales afectadas.

Calendario

El Gobierno de Navarra ha anunciado que va a convocar de manera inmediata a los presidentes de las comunidades de regantes incluidas en la zona regable de la segunda fase para presentar los resultados y el plan de trabajo propuesto para los meses de febrero y marzo.

Se iniciará así un proceso de consultas oficiales con los futuros usuarios, de manera que en julio de 2017 “tengamos un dibujo preciso de los compromisos asumidos por las mancomunidades y las comunidades de regantes”, ha señalado Elizalde, e iniciar los trámites para la redacción de los proyectos constructivos por parte de CANASA. Para ello se presentará a cada comunidad las diferentes alternativas y los costes de inversión y explotación de cada una de las opciones posibles.

La solución final deberá ser consensuada y acordada en CANASA, una vez conocidas tanto la posición de las comunidades de regantes como la fórmula para asegurar la viabilidad de la entidad, que pasa por definir el trazado definitivo, presupuesto del proyecto, planteamiento tarifario, ajuste de las concesiones, y financiación de las actuaciones. “Existe por parte del Gobierno de Navarra un planteamiento financiero que implicaría el compromiso del Estado y que trasladaremos en las próximas reuniones previstas al efecto”, han manifestado Ayerdi y Elizalde.

Estudio de alternativas

El estudio “Definición de alternativas para las necesidades de riego (fases 1, 2 y 3) y abastecimiento de agua de boca e industria (fases 1 y 2) en la Ribera” consta de dos partes, una dedicada al riego realizada por INTIA y otra al abastecimiento de agua de boca e industria redactada por NILSA.

Respecto al abastecimiento de agua de boca e industria, el estudio ofrece una recopilación de toda la información del propio Gobierno de Navarra y sus entidades y sociedades públicas, así como datos de la Confederación Hidrográfica del Ebro. Recoge también las encuestas y entrevistas con todas las entidades involucradas en la Ribera: mancomunidades y ayuntamientos, así como empresas con elevados consumos de agua.

Realiza, asimismo, un minucioso análisis de toda la información recopilada, a través de tablas, figuras, gráficos y mapas. Por último, una elaboración de diferentes alternativas para mejora del suministro de agua. Se han definido, examinado y comparado hasta seis alternativas para mejorar el suministro de agua para consumo urbano e industrial en la Ribera de Navarra.

Alternativas para el riego

El primer bloque del trabajo ha analizado los recursos hídricos existentes en la Ribera de Navarra que puedan atender a las zonas regables actuales o de futura creación. Para ello, han sido estudiadas la cuenca inferior del río Alhama, la cuenca inferior del río Queiles y la cuenca del Ebro medio.

Se ha recopilado información sobre la calidad del agua en estas cuencas, de acuerdo a los objetivos medioambientales que recoge la Directiva Marco del Agua. Han sido analizadas, a su vez, las dotaciones de agua de riego suministradas por las infraestructuras hidráulicas o canales existentes en el ámbito de estudio y se ha entrevistado a los responsables de su gestión en el Canal de Bardenas–Acequia de Navarra, Canal de Lodosa, Embalse de El Val, Canal de Tauste y Canal Imperial de Aragón. Se ha aprovechado este trabajo para analizar otros sistemas fuera de la zona regable de la segunda fase de Canal de Navarra.

El segundo bloque ha consistido en un proceso participativo, a través de encuestas, que ha permitido conocer las necesidades de los regadíos de la Ribera de Navarra y canalizar sus demandas, contando con el conocimiento de los agricultores titulares de las explotaciones agrícolas localizadas en los 24 municipios que componen el área de estudio y el de los representantes de 53 comunidades de regantes encargados de la distribución colectiva del agua de riego entre los usuarios. Las comunidades de regantes estudiadas suman más de 47.000 hectáreas y unos 20.500 propietarios.

Y, en el tercero, se han planteado distintas alternativas de suministro para la satisfacción de las demandas y déficits detectados en cada una de las comunidades de regantes. Incluye actuaciones de modernización, especificando los requerimientos técnicos y los costes de inversión y explotación en cada opción de suministro.

 

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