Hoy, 5 de marzo de 2023, queremos unirnos a las reivindicaciones que se han preparado en torno al 8 de marzo. Unión Tutera es un equipo popular que sueña con disfrutar del deporte mientras tejemos redes con el resto de colectivos y personas de Tudela. Uno de los pilares del club es el feminismo y el equipo femenino es un reflejo nuestros valores.
Para nosotras no sólo es fútbol, en cada partido nos apropiamos de un espacio que se nos ha negado históricamente y ha estado totalmente masculinizado.
Este año el lema de nuestra lucha es “Revolucionar los cuidados para cambiarlo todo”. Y por esto estamos aquí, para intentar cambiar el mundo desde un campo de fútbol.
Como mujeres, nos hemos sentido muy limitadas desde pequeñas en el acceso al deporte debido a las etiquetas que se han otorgado históricamente para diferenciar lo que era de niños y lo que era de niñas.
Poco a poco y gracias a las protestas de miles de mujeres, se han podido cambiar las cosas. Aún así, seguimos sin tener un espacio reconocido en el deporte. La brecha salarial de las mujeres deportistas está latente, así como la poca involucración de los medios de comunicación en hacerse eco de los logros de éstas o incluso desprestigiando o infravalorando su trabajo con titulares como “Paula Badosa, la ex novia de.” o “Lydia Valentín, una Hércules con maquillaje” o que, incluso, se ridiculice a las mujeres deportistas por tener un físico considerado socialmente como masculinizado.
Nosotras no paramos, no podemos hacer oídos sordos a lo que nos sigue afectando porque también lo sufrimos a niveles más pequeños. Sufrimos la falta de interés por parte de las instituciones públicas a la hora de facilitar la cesión de las mismas instalaciones deportivas como lo hacen con los equipos masculinos, o que las cedan en fechas mucho más complicadas tanto para realizar el deporte como para que la gente pueda venir a animar. Necesitamos que los clubes se involucren al igual que con los equipos masculinos.
Vivimos en un sistema que prioriza el producir a costa de la salud, tanto física como mental, de la sociedad mientras unos pocos se enriquecen a costa de la gran mayoría. Dentro de este ritmo vertiginoso y exigente en el que vivimos, las mujeres intentamos encontrar un equilibrio entre ser “productivas” en nuestra vida laboral y llevar el peso de los cuidados y el trabajo no remunerado cuando llegamos a casa.
Venir a entrenar y jugar en un equipo es un acto político, es una manera de “parar” dentro de este sistema capitalista que nos quiere individualizadas y sin cuestionarnos nada. Cada entrenamiento, cada partido es una manera de dedicarnos tiempo a nosotras mismas, a hacer algo que nos llena más allá de considerar si es “productivo” o no.
Somos un equipo de mujeres, muchas de nosotras nunca habíamos jugado al fútbol y no sabíamos donde iba acabar esta aventura que comenzamos hace casi dos años. Hemos aprendido, o lo estamos intentando, a jugar al fútbol, a disfrutarlo, a pensar como equipo, a cuidarnos dentro y fuera del campo, a confiar en nuestras compañeras, a luchar por ellas. porque creemos que unidas somos más fuertes. Todo esto tiene que ver con los cuidados, con tejer redes, con mirarnos a los ojos, con compartir momentos y recuerdos.
Esto es mucho más que fútbol femenino, es feminismo.