MANUEL ROMERO/CABANILLAS
El día 30 de septiembre, para terminar las fiestas de otoño de Cabanillas, los protagonistas absolutos fueron los quintos de 1958. Ellos fueron los encargados de llevar al Santo Patrón de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción hasta la iglesia románica de San Juan de Jerusalén, donde pasará el invierno hasta que lo vuelvan a sacar en fiestas de Primavera. A mitad del recorrido, las hermanas Yolanda y Enriqueta fueron las encargadas de cantar la jota al Santo acompañadas a la guitarra por Pedro Tomás y Francisco Ángel.
Después de la procesión comieron en la Sala de Cultura, animándose a bailar durante el concierto posterior. Más tarde hicieron un recorrido por los diferentes bares acompañados con la música de la banda de Fustiñana. Algunos de los quintos se animaron a participar en las vaquillas que había en la plaza.