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En Navarra ha comenzado la campaña de Alcachofa de Tudela de otoño, que es una de las delicias gastronómicas típicas de Navarra para estas fechas pre-navideñas y navideñas.

El Consejo Regulador de la I.G.P. «Alcachofa de Tudela” espera llegar a las buenas cifras de la campaña 2018-2019, en la que se comercializaron 1.658.812 kg de alcachofa certificada en fresco y 753.953 kg de alcachofa certificada en conserva, aunque como siempre los horticultores de la Denominación dependerán de que la climatología del invierno y la primavera próximas sea más o menos benigna con las plantaciones.

Aunque la mayor producción de la Alcachofa de Tudela se cosecha en primavera, la campaña de otoño tiene también un gran interés para los productores de la IGP y por supuesto para los consumidores, que encuentran así en el mercado una alcachofa fresca, tierna y de calidad coincidiendo con una época festiva, navideña y pre-navideña, donde muchas familias se reúnen en torno a la mesa.

Las previsiones para esta campaña son buenas. El Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida «Alcachofa de Tudela» espera llegar en esta campaña a las cifras de la campaña 2018-2019 en la que 97 agricultores inscritos con 709 parcelas entregaron la cantidad de 3.111.703 kg de alcachofa, un 11% más de producto en la campaña 2017-2018.

Las temperaturas algo más benignas en invierno y la falta de heladas permitieron prolongar la cosecha y obtener buenas producciones, pese al descenso de superficie inscrita en los últimos años que pasó de ser 968 hectáreas en la campaña 2017-2018 a 825 hectáreas en 2018-2019.

La falta de mano de obra para realizar las labores del campo es uno de los motivos que señalan los agricultores adscritos a la IGP para reducir su superficie de cultivo. En efecto, uno de los problemas que se encuentra el agricultor para plantar la alcachofa es la incapacidad de cubrir la demanda de trabajadores para la recolección, que se hace de forma manual. Es mucha la superficie a recolectar y no hay suficiente mano de obra disponible.

Otra de las razones de este descenso viene por los problemas que están sufriendo en primavera las plantaciones con el pulgón negro, que es el causante del cierre de campaña. Esta plaga suele aparecer con mucha fuerza en el mes de mayo y hace que las alcachofas no sean aptas para la comercialización. Cuanto antes se producen los ataques, más pronto se cierra la campaña y por tanto la producción de las parcelas baja y la rentabilidad del cultivo es menor, por lo que el agricultor no se anima a plantar más alcachofa al año siguiente.

Pese al descenso de la superficie cultivada, en la última campaña aumentó la producción obtenida por hectárea y también está aumentando la cantidad del producto que se certifica en fresco. Esto se debe a que “los consumidores demandan cada vez más el producto diferenciado con la banda de la IGP ‘Alcachofa de Tudela’, eso significa que poco a poco conseguimos que se nos conozca en el mercado”, dice la secretaria de la Denominación, Ana Juanena.

La Indicación Geográfica Protegida Alcachofa de Tudela, es una de las marcas de calidad amparadas bajo la enseña Reyno Gourmet.

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