El tudelano Paco Cascán confiesa que mientras a otras personas les puede gustar el vino o el tabaco, su auténtico vicio es el belenismo. Y no hace falta mucho para descubrirlo cuando muestra el nuevo trabajo que ha realizado en su domicilio y que enseña a todo el que quiere con unos ojos desbordantes de ilusión.
Su pasión por el belenismo le delata, describe con todo lujo de detalles el uso que le ha dado a viejos cacharros que han pasado a formar parte de sus paisajes y se desvive relatando sus idas y venidas por ferias y tiendas buscando algún detalle o novedad que incorporar a su numerosa y valiosa colección de figuras.
Con orgullo muestra el nuevo puente que ha construido para el nacimiento de este año y que sustituye a uno anterior que ha acabado, como muchas de sus creaciones, como obsequio para que decore el belén de algún conocido al que intenta contagiar la pasión que siente por este arte.