Alrededor de 150 alumnos y 5 profesores de la Escuela de Danza y Teatro «Ángel Martínez» retoman el día 6 de septiembre la actividad lectiva del nuevo curso. La bailarina Ariadna Llussà cumple su cuarto año al frente de este proyecto educativo que trasciende la formación académica gracias a la implicación social y cultural de una escuela que ha pasado a formar parte de la vida de la ciudad. «La danza es mucho más que un arte, es una forma de expresarse. A la vez que llevas a un niño y niña a clase de danza le estás educando, le estás aportando unos valores muy importantes para su vida como son el esfuerzo, la generosidad o el trabajo en equipo», asegura la directora de la escuela.
La Escuela de Danza y Teatro «Ángel Martínez» es un centro educativo autorizado por el Gobierno de Navarra. «Para nosotros se trata de algo muy importante porque significa que hay un plan docente aprobado por el Departamento de Educación. Algo que también creo que es destacable es que todo el profesorado que actualmente imparte clases en la escuela están involucrados en proyectos artísticos tanto de danza como de teatro y por lo tanto conocen las necesidades profesionales del momento y pueden transmitir esa actualidad al alumnado, y por supuesto contar con una Apyma muy dinámica y activa que se implica en la escuela», destaca Llussà.
En la escuela se imparten las modalidades de predanza para los niños y niñas más pequeños, a partir de 3 y 4 años, danza clásica, técnica de puntas, danza contemporánea, hip hop y teatro con el propósito de que el alumnos adquiera una formación escénica integral. «Los alumnos y alumnas no solo se forman para estar en un escenario. También se forman para proyectar su voz, controlar sus nervios, cosas con la que, independientemente de que te dediques o no al teatro o la danza en el futuro, ayudan a tu formación como persona», asegura Carolina Ruiz Marcos, responsable de la formación teatral en la escuela «Ángel Martínez».
La formación que aporta la escuela, aseguran sus responsables, son herramientas que los pequeños y pequeñas adquieren para la vida. «Trabajan la música, aprenden a trabajar con otros compañeros, a desenvolverse en el espacio, a conocerse poco a poco. Se trata de un estímulo muy importante para que los niños se desarrollen física y psicológicamente y aquellos que descubren en la danza o el teatro su vocación se les encamina profesionalmente ya que somos un centro acreditado para examinar por la Royal Academy of Dance de Londres y se les preparar para realizar las pruebas de acceso a estudios superiores», explica la directora de la escuela.
En la oferta formativa de la escuela también hay cursos para adultos de Danza contemporánea, ballet y Hip Hop, «¡cualquier momento es bueno para empezar a bailar!».
Como complemento a toda esta formación está la extraordinaria actividad que desarrolla la escuela y que llega al resto de Tudela. «Los alumnos van a tener muchas oportunidades de salir y mostrar qué es lo que están aprendiendo. Todos esos valores que intentamos transmitir como escuela a través del arte queremos compartirlos con el resto de Tudela. Por eso no dudamos en sumarnos a galas benéficas, colaborar con otros conservatorios para crear vínculos artísticos importantes y contagiar esas ganas que tenemos por crecer y seguir adelante».
Tras 17 años de trayectoria, asegura Llussà, la escuela mantiene vivo el legado de su fundador. «Ángel Martínez nos dejó un poso muy importante y valioso que hay que agradecer y apreciar. Un semilla que ha hecho que en la actualidad la danza en Tudela tenga un reconocimiento que se demuestra cada vez que el teatro se llena o cada vez que salimos a la calle».