Los alumnos de la escuela de danza de Tudela durante una de sus actuaciones
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Los alumnos y profesores de la Escuela de Danza y Teatro “Ángel Martínez” vuelven a las aulas el 7 de septiembre para dar inicio a un nuevo curso marcado por las nuevas normas sanitarias.

Tanto su actividad teatral como los estudios de danza se han adaptado a esta realidad para que las clases se desarrollen dentro de la ‘nueva normalidad’, explica la bailarina y directora del centro educativo, Ariadna Llussá. “La escuela, al igual que ocurre con el resto de centros educativos, cuenta con su plan de contingencia y se han adaptando las aulas para que cada alumno desarrolle su actividad en su propia “burbuja”.

Llussà señala que con estas medidas se va a poder desarrollar la labor educativa sin problemas. “A nivel coreográfico sí que nos supone algún cambio, puesto que limita la movilidad por la sala, pero no va a afectar a los aspectos fundamentales de la danza, como son la técnica, la musicalidad, la expresión corporal. El plan educativo de danza se mantiene, en todo caso cambia algún aspecto de la pedagogía”.

En una situación similar van a poder desarrollar su actividad los alumnos de teatro. la profesora Carolina Ruiz reconoce que aunque en el teatro es imprescindible esa comunión entre espacio, actores y público “hemos de estar preparados para buscar nuevas vías para unir estos tres elementos. Este curso, además, nuestras clases no podrán basarse en el contacto como, en parte, requiere el trabajo actoral, pero tenemos muchas ideas que vuelven a las fuentes clásicas como los coros o las máscaras que nos darán mucho juego para seguir divirtiéndonos, creando, creciendo y emocionándonos juntos”, asegura.

La Escuela de Danza y Teatro “Ángel Martínez” también ha mejorado sus instalaciones para poder desarrollar sus actividades de manera online. “La experiencia del curso pasado nos ha servido para hacer saber que funciona mejor de manera telemática y, si la situación sanitaria empeorase, el centro cuenta con unas nuevas cámaras de alta definición que nos van a permitir impartir las clases desde la misma escuela. Es nuestro plan B por si algún día hay que quedadse en casa”, señala la directora del centro.
La escuela va a iniciar el curso con un programa que incluye predanza para los niños y niñas más pequeños, a partir de 3 y 4 años, danza clásica, técnica de puntas, danza contemporánea, hip hop, pilates y teatro. A estas disciplinas, avanza Llussà, se une este año danza contemporánea para niños y niñas de 8 años “una actividad muy interesante y divertida y me gustaría que la gente se animara a probarlo”, señala.

Desde el centro recuerdan que la cuarentena que ha vivido nuestra sociedad “ha demostrado que sin el arte no sobrevivimos, que sin cultura no somos nadie y creo que es algo imprescindible para desarrollar al ser humano. Hay que seguir haciendo cosas, con medidas de seguridad, pero no quedarse parado. No debemos olvidar que los niños siguen siendo niños y que necesitan ese desarrollo artístico y cultural que les va permitir convertirse en la persona que van a ser de mayores”, asegura Llussà.