Instalaciones de Alintu en el polígono de Las Labradas de Tudela
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Hace tres décadas, Juan Carlos Serrano decidía emprender en el sector del aluminio y ponía en marcha en la calle Capuchinas de Tudela Alintu. Desde entonces, la firma ha tenido que adaptarse a los cambios del mercado, la crisis de la construcción y las dificultades propias del día a día de cualquier pequeña y medianas empresas de nuestro país.

Serrano había iniciado su trayectoria profesional en una empresa de Barcelona, en Sant Boi, que lo envió a Madrid como jefe de logística. Estos años, recuerda, le sirvieron conocer el sector en profundidad y, con el tiempo, animarse a emprender su propio negocio. En un primer momento, la empresa iba a establecerse en San Sebastián, pero encontró el respaldo de dos socios en Tudela, Alfonso Segura y Antonio Muñoz, pudo materializar el proyecto en Tudela, cerca de su Buñuel natal.

La empresa se ha especializado en ventanas, cerramientos, techos y correderas de cristal

Actividad

En la actualidad Alintu está ubicada en el Polígono de las Labradas de Tudela, junto a la Carretera de Corella, en unas instalaciones de más de 1.500 m2 a las que se trasladó en el año 2006.

Su actividad inicial consistía en el suministro de materiales accesorios para fabricantes de ventanas, pero, como todo, el negocio ha evolucionado. “Todo ha cambiado en estos años”, reconoce Serrano, y la empresa ha buscado nuevos nichos de mercado más allá del catálogo tradicional de herrajes y accesorios especializándose en la venta de ventanas, cerramientos especiales, techos y correderas de cristal.

Los productos de Alintu llegan a Aragón, Navarra, Gipuzkoa, La Rioja, Soria, Álava y parte de Cataluña.

Uno de los momentos más complicados en la trayectoria de la empresa fue la crisis del sector de la construcción que se inició en 2007 y que golpeó con fuerza en la actividad de Alintu en el año 2010. “Fueron tiempos complicados, de mucha lucha y de buscar continuamente nuevas ideas”, confiesa Serrano.

Para superar la situación, Alintu tuvo que diversificar su oferta e introducirse en nuevos segmentos, apostando especialmente por el PVC, recuerda Javier Aramburu, empleado de la firma tudelana que ha estado junto a su fundador desde el inicio. “Fue una decisión que nos ayudó a impulsarnos y a mantenernos en el mercado, aunque en aquel momento nos costará a algunos clientes que dejaron de comprarnos por ello”, recuerda.

En la actualidad Alintu mantiene un mercado fiel en un radio aproximado de 150 kilómetros con clientes en Aragón, Navarra, Gipuzkoa, La Rioja, Soria, Álava y parte de Cataluña, explica su fundador. “Para seguir adelante hay que insistir, abrir puertas aunque se cierren otras”, una filosofía que ha permitido a Alintu llegar a cumplir 30 años y con la que espera seguir escribiendo su historia en los próximos años.

Futuro

De cara al futuro, los retos de Alintu pasan por continuar creciendo, aumentar la facturación y consolidar su plantilla. Para ello el espíritu de la empresa sigue intacto y, como presume su fundador, Juan Carlos Serrano, seguimos con el mismo CIF desde el primer día, haciendo de esta continuidad y trayectoria un valor que imprime a Alintu un sello distintivo dentro del sector.