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El tudelano Alejandro Mesa recibía el pasado 22 de abril el premio Talía al Mejor Actor de Teatro Musical que otorga la Academia de las Artes Escénicas de España por su trabajo en el musical The Book of Mormon que protagoniza desde el pasado mes de octubre en el Teatro Calderón de Madrid.

El premio es el reconocimiento a la pasión por el teatro que siempre ha demostrado este joven tudelano de 25 años que dio sus primeros pasos sobre la escena en la Escuela de Danza y Teatro Ángel Martínez de Tudela y que con tan solo 16 años no dudó en plantear a a sus padres la posibilidad de continuar formándose en Madrid en las escuelas Coraza y Juan Codina.

Desde entonces, Alejandro Mesa no ha parado. Apariciones en series de televisión como Estoy Vivo, Cuéntame, películas de cine como Descarrilados o En los márgenes y diversas obras de teatro, The rhythm of the night o La Familia Adams, su primer éxito en un musical con tan solo 18 años.

En The book of Mormon Alejandro interpreta el personaje de Elder Cunningham, coprotagonista y antitesis de Elder Price en este musical ideado por los creadores de South Park y que no duda de calificar de una comedia irreverente e incluso gamberra que le ha valido su primera nominación a unos reconocimientos puestos en marcha por la academia de artes escénicas el pasado año.

«Todo ha sido como un shock» confiesa. «Primero la nominación, luego llegar a la gala y ver que tu premio es el primero, y ganar como mejor actor de teatro musical. Ha sido como ir de susto en susto», relata.

Con la estatuilla en la mano reconoce que a su cabeza vinieron muchas cosas, pero sobre todo la familia, un padre y una madre, señala «que me dieron todo su apoyo y confianza cuando decidí irme».

Considera que el reconocimiento llega como recompensa a mucho esfuerzo. Por un lado el general, decidir dedicar la vida a hacer realidad un sueño y una pasión, explica. Y por otro el particular, con el trabajo que desempeña en este musical que con más de dos horas y media de duración lo mantiene en el epicentro de la trama y la escena durante dos horas y cuarto. «Hay mucha tralla bocal y física durante 6 funciones a la semana. Detrás hay mucho trabajo. Puedo decir que no tengo más vida más allá de él. Pero lo vivo como una suerte gratificante y salir a escena cada día como un regalo. Hay que cuidarse mucho, chequear la voz y el cuerpo, y superar toda la carga física y mental que llevo desde el pasado mes de agosto. Empiezo a notar el cansancio, pero es algo que merece la pena», relata.

Pese a su juventud, Alejandro Mesa señala que ha conseguido hacer realidad el sueño que tuvo de pequeño cuando deseó convertirse en actor y se muestra optimista de cara al futuro. Ha sabido hacer de un perfil alejado de los cánones de moda una virtud y poner todo su talento para triunfar en personajes cómicos y tirando a frikis. Las claves, explica y aconseja, «disfrutar de lo que hacer, mantener siempre viva la llama por esa pasión y disfrutar mucho del teatro».

 

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