Lo que desde Ribera Insumisa nos lleva a escribir esta líneas es que durante la pasada semana se produjeron cuatro agresiones machistas en Tudela, dos por cada fin de semana.Como llevamos diciendo desde que comenzó el confinamiento, estas agresiones no son un caso aislado. Durante estos tres meses muchas mujeres han estado conviviendo y sobreviviendo con su agresor las 24 horas del día, alejadas de sus redes de apoyo y sin acceso a ningún tipo de protección. Las medidas establecidas por las instituciones se han basado en el seguimiento, mediante llamadas telefónicas, de aquellas mujeres que ya habían denunciado a sus agresores y que tenían medidas de alejamiento pero en ningún momento se han puesto recursos ni herramientas a disposición de aquellas que conviven con su agresor más allá del teléfono de ayuda a la mujer (016). Creemos que este recurso, al estar en presencia y controladas por su agresor, es muy complicado de utilizar. y esto ha generado, tal y como el movimiento feminista dijo al inicio del confinamiento, un aumento considerable y continuado de violencia hacia las mujeres quedando estas más desprotegidas todavía.
La crisis sanitaria ha llevado a los diferentes gobiernos del mundo a tomar medidas para evitar que el virus se extendiese. En la mayoría de los casos, la medida principal ha consistido en encerrarnos a todas en casa, lo que ha servido para salvar la vida de muchas, pero no se ha tenido en cuenta que para muchas otras esta medida ha sido y sigue siendo su sentencia de muerte. Aplicar las mismas medidas ante realidades diferentes no es efectivo y para muchas llega a ser letal, creemos que a la hora de tomar decisiones es necesario conocer y tener en cuenta las posibles consecuencias y tomar decisiones al respecto. Por ejemplo, no todo el mundo tiene una casa propia, un hogar en el que la cuidan y la tratan bien, una familia que la apoye o sustento propio. Por eso algunas de las medidas adoptadas han podido desencadenar una situación todavía más precaria en la vida de muchas.
El aumento de la violencia machista, junto con la precarización de los trabajos de cuidados y la inexistencia de medidas de conciliación familiar, han hecho que esta crisis socio-sanitaria más la crisis socio-económica que, hayan supuesto una triple carga para muchas mujeres. Al miedo y la incertidumbre por la Covid19, se le ha sumado las dobles jornadas laborales (un por el trabajo asalariado y otra por el cuidado de su familia)en muchas ocasiones sin medidas de protección A todas estas problemáticas se le suma el aumento de la violencia machista. Ha sido el beneficio económico de las grandes empresas y bancos el que ha estado en el centro de las medidas que se han tomado frente a aquello que era fundamental para sostener nuestras vidas y las de aquellas personas que nos cuidan y sostienen.
Sin embargo, ante esta falta de protección y recursos, se han creado redes de apoyo alternativas que han intentado llegar a donde las instituciones no llegaban, que sí que han puesto las vidas de todas en el centro. La creación de estas redes ha facilitado la vida, pero no es suficiente. Desde Ribera Insumisa reivindicamos que, junto con la creación de estas nuevas redes de apoyo, son también necesarias medidas para proteger y empoderar a estas mujeres que se encuentran en condiciones de grave peligro dentro de sus casas. Son necesarias más medidas, mayor concienciación con la situación de vulnerabilidad de aquellas que conviven forzosamente y en silencio con sus agresores, mejor protección. En definitiva, es necesario saber qué les está pasando a las mujeres dentro de sus casas. Si de esta crisis queremos salir todas juntas, si no queremos dejar a nadie atrás, tenemos que ser conscientes de que lo que estamos haciendo no es suficiente, de que muchas se están quedando atrás y se seguirán quedando si no ponemos las vidas de todas en el centro y empezamos a tomar medidas al respecto.
RIBERA INSUMISA / ERRIBERA INTSUMISOA