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El ayuntamiento de Tudela seguirá buscando el cuerpo del compositor Joaquín Gaztambide y tratará de acabar de una vez con el misterio que rodea su paradero. La exhumación que ha llevado a cabo el consistorio ejecutada por técnicos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi ha confirmado lo que ya encontraron los hermanos Remacha en 1955, Fernando y José María, que el cuerpo que se encuentra en el féretro que se atribuye al compositor es el de una mujer, cuya identidad también se desconoce.
La ajetreada y corta vida de Joaquín Gaztambide acabó con su muerte en 1870. Se sabe que fue enterrado en el cementerio de la Patriarcal, donde permaneció al menos, hasta 1921, momento en el que con ceremonia y boato se le trasladó a Tudela. El cuerpo de Gaztambide quedó enterrado en la capilla de los Garbayo en el cementerio de Tudela hasta 1941, momento en el que la familia propietaria necesitó espacio y se decidió el traslado del féretro de Gaztambide a un nicho en 1941.
Catorce años después, en 1955, los hermanos Remacha, Fernando el músico y compositor, y José María, pediatra y forense, se aventuraron a abrir el ataúd con la intención de comprobar la identidad ante el propósito de levantar un mausoleo para el músico tudelano. La historia que relató el hallazgo del cuerpo de una mujer se ha vuelto a confirmar.
Decepción
Si a primera hora el ambiente que se respiraba en la puerta del cementerio de Tudela era de optimismo, hora y media después nadie podía disimular la decepción. Tanto el alcalde, Alejandro Toquero, como Joaquín Gaztambide, bisnieto del compositor, tenían que asumir que el misterio sobre el paradero de Gaztambide va a quedar, por el momento, sin resolver. «Era un momento histórico para nuestra tierra. Hay una deuda pendiente con su historia y con su música. Es uno de los grandes nombres que ha dado esta ciudad y queríamos despejar la duda razonable de que sus restos no estuvieran en el cementerio de Tudela».
Los trabajos de exhumación han estado dirigidos por el prestigioso antropólogo Paco Etxeberría que ha examinado el contenido de los cuatro féretros que se han extraído del nicho. El de Gaztambide, un curioso ataúd de latón muy bien conservado y decorado al estilo decimonónico que corresponde con los dibujos que han trascendido sobre su entierro han confirmado que no contienen los restos de Gaztambide. «Ha salido una mujer con tacones, por lo tanto aquello que en 1955 se hizo es cierto. No hace falta realizar pruebas de ADN porque los antropólogos han constatado al 100% que se trata del cuerpo de una mujer», ha relatado Alejandro Toquero, que ha seguido en todo momento los trabajos.
El ayuntamiento continuará con su investigación
El ayuntamiento de Tudela mantiene su decisión de seguir buscando a Gaztambide para poder levantar un mausoleo en la ciudad. «Va a ser complicado y arduo tirar de la línea cronológica desde 1921, analizar qué ha pasado y en qué momento de la historia se perdió el cuerpo de Gaztambide», ha reconocido Toquero.
La investigación sobre el paradero de Gaztambide se trasladará ahora a la capilla familiar de los Garbayo, donde supuestamente permaneció entre 1921 y 1941 y desde donde pudo producirse un error en su traslado.
El otro punto de investigación será Madrid, donde, reconoce el alcalde, las investigaciones se complican mucho más. «Con tranquilidad vamos a trabajar y tirar de la línea cronológica. Va a ser muy complicado y complejo. No es para hoy ni para mañana, pero creo que hay que seguir en esta historia y honrarlo como se merece. Esto no ha hecho más que empezar», ha dicho Toquero.
El nicho familiar de la Almudena
La archivera municipal, Beatriz Pérez, ha explicado que el plan es avanzar hacia atrás para tratar de localizar el error. «Iremos a la capilla de los Garbayo y luego a Madrid, cuando se trasladó al cementerio de la Almudena el antiguo cementerio Patriarcal que era un desastre».
Pérez ha reconocido que ha habido contactos con el cementerio de la Almudena. «Hay un nicho dónde está su mujer y uno de los hijos, y nos podemos encaminar hacía ahí. De todos modos, si nos tenemos que ir a Madrid la cosa se va a complicar mucho».
Según ha relatado la archivera, en el año 1924 hay constancia de que se trasladó al Cementerio de la Almudena a la mujer del compositor y a Joaquín Gaztambide, un nombre que siempre se ha atribuido a uno de los hijos. En otro nicho, ha explicado, estaría el otro de los hijos. «Pero antes de ir a Madrid, acabaremos de investigar en Tudela», ha dicho.
El bisnieto
Joaquín Gaztambide, bisnieto del compositor, ha sido otro de los protagonistas de la investigación. El cirujano malagueño se prestó a que su ADN sirviera para cotejar los restos y confirmar así la identidad del cadáver que guarda el féretro negro de latón. Ni siquiera ha sido necesario aunque sí que se le han tomado muestras de ADN para tenerlas para un futuro, por si fuera necesario de cara a la posible investigación y a futuras pruebas.
Gaztambide ha agradecido al ayuntamiento, al alcalde y al archivo que hayan promovido esta investigación. «Históricamente creo que es muy interesante y hacía falta llevarla a cabo. No ha habido suerte en este primer intento pero estoy seguro que se podrán aportar datos a la historia de la música en España».
El bisnieto ha reconocido que viajaba a Tudela con esperanza. «Cuando he visto la caja me he ilusionado porque corresponde al estilo y la época en la que se produjo el traslado. Luego, en algún momento, ha tenido que haber un traspiés. El fallecimiento se produjo en una época turbulenta y el principio de siglo XX también. Lo que agradezco es el interés que ha despertado el tema», ha dicho.
Joaquín ha recordado que su bisabuelo murió muy joven y sus hijos, al ser pequeños, no tenían un recuerdo vivo de su padre. «Hay una tradición oral en la familia que se mantiene pero no tenemos muchas referencias documentales», ha reconocido.
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