Damien Chazelle (La La Land), sedujo a la crítica con Whiplash, luego conquistó el Oscar y al público con la historia de dos jóvenes buscavidas en La La Land. Ahora, narra otra historia situada en los inicios del cine, donde un trio de soñadores, una chica proveniente de la marginación, una estrella del cine romántico, y un joven mejicano desean triunfar en los orígenes de Hollywood. El film lo protagonizan: Margot Robbie, Brad Pitt, Diego Calva, Jovan Adepo.
Arranca la historia con el personaje-guía narrativo Manuel (Diego Calva), trasladando un elefante a una fiesta organizada por un productor de Hollywood. Al llegar, observa a una joven estampando su coche contra una estatua de la mansión. La chica es Nellie LaRoy (Margot Robbie), decidida a convertirse en una estrella. Desde ese momento, ambos jóvenes juran triunfar en Hollywood, cueste lo que cueste. Al entrar, Nelly se convierte en protagonista de una fiesta donde estrellas, productores, ejecutivos del cine se abandonan a las drogas, al sexo y al alcohol.
A esta bacanal, llega el actor Jack Conrad (Brad Pitt), para contactar con unos productores y financiar su próxima película. Poco a poco, Nelly convierte su sueño en realidad, mientras que el futuro de Jack peligra, debido al paso del cine mudo al sonoro. Este trio de personajes busca aprovechar su oportunidad en la incipiente industria cinematográfica, aunque el destino será caprichoso con cada uno de ellos…
El director de First Man, muestra de modo creativo, a veces excéntrico, un Hollywood años 20, donde jóvenes recién llegados buscaban su sitio como actores, cámaras, técnicos de sonido, al mismo tiempo que se entregaban a bacanales de drogas, sexo, desenfreno, padeciendo también el racismo, la humillación de ricos ejecutivos y directores.
Técnicamente, el film es brillante, la cámara capta el ritmo frenético de las fiestas, de los rodajes, apoyado por la envolvente música de Hurvitz. Sin embargo, las grandiosas set-pièces, (la fiesta dionisiaca inicial, los rodajes,.), funcionan aisladamente, no como narración cohesionada, y si a ello añadimos las excesivas tramas del film tratadas superficialmente junto a un metraje hinchado, el resultado es desconcertante.
Margot Robbie es un huracán interpretativo, bien secundada por Diego Calva, logrando la química necesaria entre ellos. Brad Pitt muestra su solidez, interpretándose a sí mismo.
Chazelle plasma los inicios del séptimo arte con un magnetismo superlativo en lo estético, pero narrativamente, el tono desmesurado, caótico, excéntrico, nos deja una sensación de asombro y también de vacío, como la que Manny experimenta en la butaca visionando el particular homenaje al cine.