Hace mucho, mucho tiempo, en un pueblo muy lejano, todos sus habitantes no recordaban la Navidad, excepto Carmen. Ella era una niña con ojos verdes como las hojas de los árboles y pelo rubio siempre recogido con coleta.
Un día se levantó muy temprano sabiendo que era un día especial. Miró el calendario y se dio cuenta que era Nochebuena. ¡Tenía que hacer algo! Necesitaba que su fmailia recordara que era la Navidad ¡Tenía una gran tarea! Primero, llamó a todos sus familiares y les invitó a cenar. Después, decoró el árbol y puso el belén en la entrada de la casa. También, preparó una cena súper especial. De repente, sonó el timbre. Ya habían llegado todos sus invitados.
Se sentaron a la mesa y Carmen comenzó a cantar villancicos. Todos se quedaron sorprendidos y comenzaron a recordar la Navidad.
Finalmente, salieron a la calle todos juntos a cantar villancicos. Las luces de las casas se encendían y poco a po co todo el pueblo llenó las calles. Gracias a Carmen y su familia volvieron el espíritu navideño a ese pequeño lugar.
Alumnos de 4ºA
El misterio de la Navidad
Érase una vez en una ciudad muy lejana había un árbol de Navidad gigante en una plaza muy especial. Estaba decorado con bolas brillantes, bastoncillos de caramelo y cintas, pero lo más importante: una estrella deslumbrante que iluminaba la ciudad de Christmas.
Su magnífica estrella dividía en dos partes esta ciudad. En una parte estaba todo el tiempo nevando que era donde vivía Papá Noel y en otra, casi desértica pero con un oasis frondoso en el que vivían los Reyes Magos.
Melchor era algo con pelo blanco y solía llevar una túnica azul y amarilla con una corona preciosa adornada con una esmeralda enorme en el centro, como la bandera de Navarra. Gaspar era de altura media y llevabas un manto verde y una corona con rubíes rojos. Baltasar era también alto con una túnica roja y azul, pero su corona era totalmente dorada. Papá Noel era de media estatura y un poco gordito. Él llevaba un traje rojo y blanco con un cinturón negro y tenía una barba blanca muy larga.
Un día cualquiera, desapareció la estrella. Aquella noche estaba Melchor vigilando la zona y de repente, ¡plas! Se despertó toda la ciudad con un gran estruendo. Fueron todos para ver qué había pasado.
-Gaspar: ¿Y la estrella?
– Melchor respondió con dudas: ¡No lo sé!
Vieron un reguero de brillantina que salía desde donde se encontraban hasta ese momento y decidieron seguir el rastro al día siguiente.
Casuelmente esa mañana recibieron una invitación de un ángel: Habéis sido invitados al nacimiento de Jesús, nuestro Salvador.
A Baltasar se le ocurrió darle un regalo. Papá Noel dijo que le podían regalar un pijama con su nombre grabado y a todos les pareció una buena idea. Se dirigieron a Belén en trineo que iba tirado por los camellos de los Reyes Magos.
Llegaron al portal y se les había olvidado el regalo, así que rápidamente volvieron a Christmas y consiguieron llegar a tiempo. Cada Rey entregó su regalo y Papá Noel el pijama de parte de los cuatro. Al estar arrodillados, Gaspar se dio cuenta de que estaba la estrella de su árbol y todos quedaron asombrados.
Finalmente, comprendieron que la estrella cobró vida y sirvió de guía para que los Reyes Magos y Papá Noel pudieron llegar al nacimiento en el pesebre. María y José no dudaron en ponerle el pijama al niño Jesús.
Colorín, colorado, ¡el nacimiento ha comenzado!
Alumnos de 4º B
Sin regalos de Navidad
En un pequeño pueblo de un valle entre montañas dos hermanos, Carmen y Javier, decidieron escribir la carta a los Reyes Magos. Aunque esa tarde de diciembre hacía viento y frío, salieron a comprar papel, sobres y sellos. Faltaba poco para las vacaciones de Navidad y entusiasmados por los regalos no sabían que escribir. ¡Había tantas cosas para elegir! Rellenaron tres hojas y enviaron su carta a Oriente. Llegó el día de Reyes y cuando fueron a por los regalos no había ninguno. Buscaron por todos los lugares de la casa y no lograron encontrar nada. Disgustados y tristes decidieron desayunar cuando de repente sonó el timbre de la puerta: “ding, dong. dang”. Era un señor que traía una carta para nosotros. La abrimos y Carmen decidió leerla en voz alta:
“Queridos niños: Este año habéis pedido tantas cosas que no os disteis cuenta de que lo importante de estas fechas es pasar tiempo juntos y con vuestros seres queridos. Queríais tantas cosa que os olvidasteis que la felicidad no consiste en “tener lo que quieres”, sino en n “querer lo que tienes”.
Esperemos que este año aprendáis la lección y el próximo año no pidáis tantas cosas.
Con cariño, vuestros Reyes de Oriente.
P.D. Os mandamos un regalo pequeño pero valioso.
Al leer la carta se dieron cuenta de que no tenían que haber pedido tantos regalos. El sábado por la mañana se despertaron y encontraron dos cajitas muy pequeñas, fue una sorpresa que les hizo sentirse muy felice. Fueron unas Navidades muy importantes en sus vidas. Donde descubrieron el valor y el espíritu de estas maravillosas fiestas.
Alumnos de 4ºC