El proyecto de Beterri comenzó a fraguarse en el Tazón, el actual Palacio Decanal, que a finales de los 70 y principios de los 80 hacía las veces de Casa de la Juventud en Tudela donde se desarrollaban infinidad de actividades. Allí comenzó a reunirse un inquieto grupo de unas 30 personas que poco a poco fueron gestando los estatutos de la peña y comenzaron a buscar un local en el que asentarse hasta que dieron con el actual caserón de la calle Serralta 2, en el Casco Viejo de Tudela, que sigue siendo la sede de Beterri en la actualidad.
Entre los objetivos, recuerdan José Mª Blanzako, Rubén Navarro y Jesús Larrasoáin, miembros de la peña, «se encontraba el hacer una peña grande que diera más posibilidad de trabajo y proyección en Tudela bajo la dinámica de la cultura, el deporte, el folclore, la gastronomía, ya que en aquel tiempo nuestra ciudad pecaba de innumerables vacíos. Aquella proyección, evidentemente, debería tener entre otros, un aire de la tierra, es decir, un aire Vasco-Navarro». Ese aire al que se refieren los miembros de Beterri ha sido desde su origen uno de los elementos que ha distinguido a la peña que siempre ha apoyado el desarrollo actividades en clave de culta vasca y popular tanto a nivel interno como externo.
Presencia de mujeres desde el origen
Una de las apuestas de la peña desde sus estatutos fue permitir a socias dentro de la peña, un hecho que hoy puede parecernos lógico y normal pero que, por aquel entonces, no resultaba tan habitual. De este modo, 30 hombres y mujeres fueron los encargados de dar los primeros pasos de Beterri, una peña que ha seguido creciendo hasta alcanzar los 160 socios con los que cuenta en la actualidad y a los que se suman medio centenar de socios txikis.
Durante estos años las actividades que ha impulsado Beterri han sido numerosísimas y han abarcado ámbitos más allá de los puramente festivos. De este modo, en la peña se fraguó el Club Atlético Beterri-Muskaria de atletismo, origen del actual Club Ribera Atlético; cuenta con un equipo de fútbol que lleva 28 años participando en el Trofeo de la Amistas, contó con un equipo de baloncesto femenino, apoyó durante tres temporadas el incipiente nacimiento del hockey sobre patines en nuestra ciudad, y los mejores ciclistas de la época pedaleaban por las calles de Tudela y carreteras de la Ribera en el Trofeo Esukaldun.
Empujaron como nadie por la recuperación de los Carnavales de Tudela y la figura de los Zipoteros, junto con la Ikastola Argia y los Gaiteros de Tudela organizan la cabalgata de Olentzero, acto que con el paso de las ediciones quisieron redondear con la concesión del Premio Olentzero que reconoce el trabajo de quienes, como ello, apuestan por la cultura en clave popular. Han impulsado charlas charlas culturales y han dado cobijo a inomerables iniciativas como las jornadas de micología, el coro Tutera Kantuz, el Zanpantzar, el grupo de zancos, la feria de artesanía y productos navarros, el deporte rural, los alardes de paloteados…
Los conciertos
Pero sin duda fueron los conciertos que organizaba durante la semana prefiestas lo que dio más popularidad a la peña en la ciudad. La idea, recuerda Blanzako, surgió una noche de concierto en Buñuel, hasta donde acudieron a ver un concierto de Barricada. Al finalizar la actuación hablaron con el productor del grupo y acordaron una fecha para que los de la Txantrea actuasen en Tudela. La idea salió bien y la peña se animó a traer música en directo. Por Tudela pasaron en aquella época La orquesta Mondragón, Ramoncín, Sabina, Los Héroes del Silencio, El Norte, Serrat… Pero sin duda fue el concierto de Mecano el 22 de julio de 1989 sigue dando que hablar. Fue una noche memorable, recuerdan los miembros de la peña que todavía no olvidan la tormenta que descargó sobre la ciudad esa misma tarde y que estuvo a punto de echar al traste toda la ilusión que habían puesto en este concierto. Afortunadamente todo salió adelante y de este éxito la peña pudo terminar de pagar su sede.
Después de todos estos años, aseguran los miembros de Beterri, «nuestra sociedad está muy implantada en la ciudad de Tudela, y sobre todo en su entramado popular. Creemos que somos populares, no solamente en Tudela sino en la Ribera y todo Navarra, ya que hemos tenido muchas relaciones con grupos folklóricos, culturales, deportivos a todos los niveles. Son 40 años de andadura sin descanso, las metas que nos hemos impuesto han sido constantes, de ahí, nuestro pequeño éxito en la consecución de nuestros objetivos».
El futuro, señalan «es seguir manteniendo en la medida de nuestras posibilidades todas las actividades que desarrollamos. Siempre hay cosas que innovar y en la actualidad seguimos programando actividades para fiestas de Tudela cuyo éxito esta siempre asegurado», concluyen.