Hace dos años por estas fechas la pandemia ya estaba entre nosotros. Aunque, como se ha visto a lo largo de estos meses, interesadamente trataron de ocultárnosla y mentirnos no contándonos toda la verdad, actuando de forma irresponsable permitiendo manifestaciones masivas y otras actividades, concentraciones y aglomeraciones de masas de personas que pusieron en grave peligro la salud y la vida de miles de españolas y españoles. Desde la Archidiócesis de Tudela y Pamplona se decidió anular la segunda Javierada, que es la que más peregrinos concentra de todas, ese mismo sábado el presidente anunció el confinamiento de la población de España para luchar contra la pandemia, una pandemia que tampoco nos permitió acudir el año pasado.
Este año todo es diferente porque vuelven las Javieradas con más fuerza si cabe, lo es por muchas razones; primero porque todo apunta a que hemos “superado” lo más duro de la pandemia y tenemos que aprender, con cuidado, a convivir con el virus; en segundo lugar, porque las Javieradas se enmarcan dentro del año jubilar de San Francisco Javier, con motivo de la conmemoración de este sábado 12 de marzo del cuarto centenario de la canonización del Patrón de la Comunidad Foral de Navarra, la Juventud y las Misiones.
Cada año son decenas de miles los motivos que nos llevan a visitar la cuna de San Francisco Javier, el navarro más universal. La gran mayoría confluyen en un motivo religioso, deportivo, cultural o de sentimiento de navarridad. Este año trataré de ir una vez más y también será diferente para mí. Por primera vez trataré de ir a Javier acompañada con mi hijo y con el grupo de catequesis. Para mi es especialmente motivador porque a ellos quiero trasmitirles un legado y una tradición de exaltación del amor por mi tierra, Navarra y a la vez inculcarles los valores de entrega, esfuerzo y sacrificio, así como acompañarles en la devoción a San Francisco Javier.
En este año 2022, año jubilar en el que ¡A Javier vuelven los caminos! lo hacemos especialmente desde el ejemplo de Francisco, un hombre navarro de vida santa. Año en el que retomamos con ilusiones renovadas una de las tradiciones mas arraigadas en nuestra comunidad que representa muy bien lo que significa ser navarra o navarro y donde quiero dar gracias al Santo por su protección y por su inspiración. Pero igualmente, con todo lo que hemos vivido estos años y los acontecimientos trágicos de estos últimos días, no puedo olvidarme de todas las familias que han sufrido lo más duro de la pandemia con la perdida de los mas cercanos, así como de todo el pueblo ucraniano, con el sufrimiento de cientos de miles de familias que han tenido que huir de su patria o han perdido la vida por una guerra absurda y unilateral por parte de Putín. Por todo ello y por todos y todas ellas este año ¡Vuelven a Javier los caminos!
Raquel Garbayo Berdonces
Parlamentaria foral por UPN