Almudena Amor, Fernando León y Manolo Solo
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«El buen patrón», distinguida como la gran película española de 2021, fue la protagonista de la cuarta jornada de la Muestra de Cine Español de Tudela. Junto a ella estuvieron su director, Fernando León de Aranoa, que estuvo acompañado por la actriz Almudena Amor y por el actor Manolo Solo.

El director de la Muestra de Cine, Luis Alegre, explicó los motivos por los que el director ha sido merecedor del premio Castildetierra que se concede durante la Muestra de Cine. «Además de su importancia en el mundo del cine español de las últimas décadas, especialmente desde mediados de los 90, Fernando León de Aranoa es alguien quien nos visitó en la tercera edición de la muestra, en 1997, justo hace 25 años, y sus películas siempre han estado en Tudela». Respecto a su último trabajo, Alegre no dudó en definirlo como «una especie de antología de su cine y de su manera de entender el cine e incluso de su manera de entender la vida».

Fernando León reconoció emocionante volver a Tudela 25 años después de su primera película con «El buen patrón», una historia en la que la crítica social se acompasa con un tono de humor onmipresente en los trabajos del cineasta. «El humor siempre ha estado ahí. Para mí es una manera de entender el mundo, de analizar y de poner la distancia necesaria para contar las cosas sin abusar del drama. En esta película hay algo similar al tono que había en mi primera película «Familia» pero más allá de eso el humor ha estado en «Barrio», en «Los lunes al sol» con el personaje de Santa, que tenía algo de pícaro con mucho sentido del humor, más allá de conciencia de clase y una posición firme. En esta película el personaje de Javier Bardem es un pícaro también, con mucho carisma, mucho talento para manejar a la gente, que hace cosas terribles, pero a la vez despierta empatía porque el mismo es la primera víctima de sus manejos», ha explicado.

Dibujar un personaje como el que interpreta Javier Bardem en la película y que el espectador viajara por la película de su mano sin rechazarlo pese a sus actitudes y comportamientos ha sido uno de los retos que ha tenido el director en este proyecto, reconocía. «Tener un protagonista como este, de comportamiento dudoso, mezquino y más que eso, al mismo tiempo que pudieras ir con él, empatizar por momentos era algo que me preocupaba. Tiene que ver con el hecho de que hace cosas que no deben hacerse, la manera en la que se maneja con los empleados, el abuso de poder para conseguir lo que quiere, pero también de alguien que siempre cae de pie, que tiene respuesta para todo, y esto nos atrae y genera empatía. Al final uno empatiza con el que sufre, aunque el que sufre sea un miserable y en esta película el protagonista sufre mucho», comentaba.

Almudena Amor, que recibió la nominación al premio Goya a la mejor actriz revelación pro su papel, reconocía que no ha tenido vértigo al afrontar un proyecto que le ha llevado a compartir protagonismo con Javier Bardem y que, en cambio, sí le ha transmitido muchas emociones. «Más que vértigo creo que ha sido ilusión, porque me sentí muy afortunada». La actriz reconocía que ha sentido su interpretación con mucha libertad «dentro de los límites del guion y del personaje, con mucha riqueza, y aunque partí de esos parámetros me sentí muy libre. Fuimos descubriendo juntos al personaje».

Por su parte, Manolo Solo se ha convertido en uno de los rostros más habituales del cine español en estas últimas temporadas. Un actor polifacético y camaleónico interpreta a Miralles, el amigo de toda la vida de «El buen patrón». Su interpretación también le valió la nominación al premio Goya a la interpretación secundaria. «El personaje estaba muy claro en el guion en su calado, profundidad y matices, y para mí eso es gloria bendita. Ha sido una suerte ensayar y ahormar el personaje con la ayuda de los compañeros y el director, ir editando y proponiendo pequeñas cosas. Aunque los personajes de las películas de Fernando están muy trabajados siempre te da la posibilidad de buscar y extender los límites del personaje».

El director reconocía que el trabajo de los actores ha permitido mejorar la película. «Cuando veo la película hoy y veo a Eliana y Miralles no recuerdo cómo eran antes de la película, y eso expresa el enorme progreso y diferencia que hay entre lo que yo escribo y lo que está en la pantalla. Lo que ellos traen como actores y personas van modificando el personaje y vas quedándote con lo mejor, aportando los matices y colores que tienen en la película».

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