Era el año 2008 cuando la vecina de Cortes, Inés Litago Escalada, decidió abrir su museo particular dedicado al Huevo de Avestruz Pintado a Mano, que se ha convertido en el único de España de esta categoría, e incluso de Europa, si se tiene en cuenta que ella es la única autora de los más de 1000 ejemplares que se pueden contemplar en la exposición. De ellos 832 son de avestruz y el resto de emú y ñandú. “Cuando termine los que tengo sin pintar daré por concluida esta colección”, asegura con total convencimiento.
Inés Litago tiene en su propia casa esta atractiva joya artística que decidió dar a conocer tras almacenar cajas y cajas de huevos pintados, así como el material procedente de su otra gran pasión; el coleccionismo. “Hasta entonces todo el material lo tenía recogido en cajas, sin un lugar donde exponerlo, así que una de las plantas de mi vivienda la habilité con vitrinas y estanterías para tener todo perfectamente ordenado con la finalidad de mostrarlo a todas las personas que quisieran disfrutarlo”, explica la artista.
¿Cuánto tiempo cuesta pintar un huevo?
Entre cinco y siete horas, pues hay que tener en cuenta que el trabajo comienza con la limpieza del mismo, luego hay que elegir el dibujo, pintarlo y barnizarlo, y conlleva mucho tiempo.
Muy bien organizado
¿Qué temas puede contemplar el visitante?
Todo está catalogado y ordenado por secciones y, de esta forma, se puede observar huevos que representan anfibios, pájaros y aves exóticas, toreros, egipcios, hadas, elfos, equipos de fútbol, barajas españolas etcétera.
¿Cómo se puede solicitar la visita al museo?
Con cita previa, llamándome por teléfono al 637 090 087. Siempre digo que se procure venir por grupos, porque en este tiempo de pandemia ha estado todo suspendido, aunque ahora ya se empiezan a animar y se solicitan las visitas guiadas. Intento poner las cosas muy fáciles a todas las personas para que vean esta obra, que no solo es del huevo de avestruz pintado a mano, sino que también se puede ver mis colecciones de antigüedades y restauración como filtros de agua antiguos, además de más de 400 botijos de todas las clases, cajas de porcelana, belenes del mundo, albarelos, pesas de laboratorio, gramófonos, huchas del Domund. Me gusta mucho ir a las ferias de antigüedades y confío en que cuando pase la pandemia se puedan volver a organizar. Colecciono todo lo que me llama la atención.
Una colección de antigüedades muy sorprendente
Cada vez hay menos granjas de avestruces, ¿es difícil conseguir ahora los huevos?
Así es. Durante unos años proliferaron mucho las granjas de este tipo pero, conforme las abrieron las fueron cerrando, y ahora quedan muy pocas. Por eso resulta muy difícil conseguirlos porque los que se venden son normalmente para restaurantes para consumo humano y, por este motivo, es complicado adquirirlos para decorarlos, porque son muy caros. Por eso, en cuanto termine los que tengo ahora, me jubilaré.
¿Cuántos metros cuadrados mide el museo?
Alrededor de 150, más o menos. Ahora mismo necesitaría mucho más espacio y, por eso, tengo las cosas demasiado apretadas y se lucen menos, pero es lo que hay. Siempre intento hacer sitio renovando la exposición, quitando lo que menos me llama la atención por otras que me gustan más.
¿Qué ve en las caras de la gente que visita el museo y qué significa eso para usted?
Lo primero que veo cuando entran es que se quedan muy sorprendidas, que valoran muchísimo el trabajo porque hay miles de horas invertidas y se van muy contentas con las explicaciones que les doy. Para mí eso es una gran gratificación, porque veo que les gusta lo que hago. Me siento muy orgullosa.
Impulso turístico
Cortes tiene un gran atractivo turístico pero, ¿es necesario potenciarlo más desde todas las Administraciones?
Somos el último pueblo de Navarra, pero el primero en muchas cosas porque tenemos un precioso Palacio Castillo medieval del siglo XII, una exposición permanente del Alto de la Cruz, de la Edad del Bronce y del Hierro, así como un parque de La Huerta impresionante, con 25.000 metros cuadrados, que en pocas localidades existe, además de mi museo particular del huevo de avestruz pintado a mano, que es único de esta categoría en España. No digo de Europa, porque me consta que hay en Francia y Alemania, donde se abarcan otro tipo de huevos. Es decir, que no son pintados por la misma persona, como es mi caso. Aquí todo el trabajo lo he hecho yo con mis propias manos.
¿A quien está dedicado este museo?
A la entrada del museo hay una chapa encima de la puerta en la que pone Salón de mi esposo Jesús Borobia Ciriza porque él era quien más valoraba todo lo que hacía, hasta las cosas que me salían mal.