Mantener frío el temperamento y mantener la compostura cuando todo a tú alrededor se retuerce hasta hacerte culpable de todo requiere de una personalidad que tiene mi admiración. A mí me resulta difícil poner la mano en el fuego por nadie y menos por quien tiene la carga de la representación política. A un ciudadano de a pie, incluso a un afiliado, no se le puede pedir ese tipo de actos, que de todas formas muchos se ven obligados a realizar incluso con una alegría preocupante, la polarización política y la crisis económica y social tiene estas consecuencias, no se les da tiempo y no nos damos tiempo para esperar a ver realizados los procedimientos que llevan a un lugar u otro. Es lo que ha ocurrido con la mancomunidad que lleva el concejal Fernando Ferrer.
Es importante analizar la consecución de los relatos para ver por donde circula la materia gris de la oposición en el Ayuntamiento, todo dio comienzo con una empresa que vio rechazado su planteamiento para una contrata. Y con eso comenzó una lucha política que poco tenía que ver con la empresa, con la contrata y con el servicio público. El asunto, visto lo visto, tenía como fin erosionar la integridad, lo que se ha llegado a decir de este señor, presionarle tanto, que antes de tener confirmación en sentencia pedir que se retirara del cargo, con el fin último, es una suposición, de retrasar de tal modo la implementación del servicio, que la oposición tuviera la posibilidad si gana las próximas elecciones de poner ella en marcha, hay cosas que solo tienen un dueño.
La incapacidad para gestionar la ciudad, de la ahora oposición y antes gobierno en el Ayuntamiento, fue tan patente que tardo dos años en poner en marcha la plantilla orgánica por la simple razón de verse atrapados por su propio relato de años de adolescencia política. Esas discusiones bizantinas de no “designar” (tradúzcanlo como; poner a dedo) jefes de grupo en las diferentes secciones de la plantilla, ¡Para poner en marcha tus políticas¡. Claro, al no hacer una cosa, no hicieron la otra y cuando se dieron cuenta habían pasado dos años sin plantilla orgánica. Lo curioso es que a la poca prisa que se dieron entonces ahora querían acelerar hasta hacer incompatible la realidad, de los deseos.
Este comienzo de año está siendo desdichado para la oposición, tres sentencias han dado la razón al actual Gobierno de la ciudad y en cada una de ellas, la oposición había elaborado un relato Frankenstein paralelo, donde no solamente se criticara una gestión, sino que se criminalizaba una actuación. Lo que se ha llegado a decir de este señor.
Mucho me temo que de seguir por ese camino les ocurra como a Pablo Iglesias en Madrid, que sea mucha más la gente que arda en deseos de votar a UPN en Tudela.
Esta gente joven y preparada que ahora representa a la izquierda tiene un modo peculiar de razonar un argumentario, está basado en un cuerpo doctrinal de una simplicidad mayestática, y responde a la preferencia de que me quedo con lo que me gusta y del resto ni sé, ni me importa. De este modo llegan a situarse sobre cualquier duda y cuando se las planteas, realizan un movimiento prepotente, entre “no tienes idea” y “¿te has leído…?” o uno que nunca falla; esperan un dato mal expresado o una palabra de más, para evitar el fondo de la cuestión y hacerse las víctimas. Porque en realidad no te están escuchando, van a lo suyo y en el peor de los casos a lo que les dicen desde el partido, sea eso lo que sea.
Así les va y lo peor es que no veo luz detrás del túnel.