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Navidad, por Miguel Aguirre, alcalde de Fitero

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La Navidad no está hecha ni para puritanos, ni para mojigatos; tampoco para intransigentes. No está hecha para los mezquinos, ni para los mercenarios de las palabras vacías; ni para los mercaderes de la rabia. No hay Navidad para los que alientan el odio y la división, para los que levantan la mano, o la voz, a un prójimo.

No hay Navidad para los tiranos, los de siempre y los nuevos, los del siglo XXI. No hay Navidad para los lobos con piel de cordero que tratan de amedrentar sin piedad.

La Navidad está hecha para soñadores obstinados, para los utópicos y contadores de historias. Está hecha para los que quieren seguir escribiendo su historia mirando al futuro, evitando sus errores y los rencores del pasado; para los que cantan sin miedo a desentonar; para los que hacen de un villancico un canto a la vida; para los que son capaces de enfrentarse a la mirada de los demás, a pesar de los reproches; para los que miran y, mirando, escrutan y perdonan.

Hay Navidad para los niños sobrecogidos ante la presencia misteriosa de tres viejos y eternos magos; para los adolescentes que, escondiéndose, se roban besos primerizos y se regalan unas primeras caricias inocentes. Hay Navidad para los que tienen mariposas en el estómago y las hacen seguir revoloteando. Hay Navidad en las residencias de mayores, ¡ahí siempre es Navidad! Hay Navidad para los que aman y se aman, para los que consienten ser amados. Hay Navidad en las manos de los que cuidan, acarician, serenan, calman y consuelan.

Y es que la Navidad no es sino la vida al desnudo, sin parafernalias ni absurdos adornos que ocultan la verdad de la vida. La Navidad es poder seguir asombrándonos cada día de las oportunidades que la vida nos brinda para poder ser felices tratando de hacer más dulce la vida de los demás.

La Navidad es la vida a pecho descubierto, sin falsos escudos con los que proteger fortalezas de paja y barro que se desvanecen con el primer cierzo.

Te deseo feliz Navidad. Y deseo que te dure todo el año; que habite dentro de ti recordándote, cada día, que la buena vida consiste en mirarla con agradecimiento y con ternura.

Miguel Aguirre Yanguas, alcalde de Fitero