Inicio Opinión Por los entornos escolares seguros, por Eduardo Navascués

Por los entornos escolares seguros, por Eduardo Navascués

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Necesitamos un pacto por la movilidad sostenible en Tudela, para que sea activa, descarbonizada y no eléctrica. Nos lo impone la moción aprobada el 7 de Octubre de 2019  sobre entornos escolares; proyectos como el interesante “Plan de acción para el clima y la energía sostenible” (PACES), que quiere rebajar en Tudela las emisiones de gases de efecto invernadero un 40% para 2030; y también la realidad de algunas de nuestras calles totalmente colapsadas por los coches.

En los últimos 30 años el número de coches en nuestra pequeña ciudad se ha duplicado. A esto ha contribuido la cultura del coche con grandes descuentos en su compra, la construcción de polígonos  o de vías de gran capacidad, y el abandono de autobuses de empresa. Como ya predijimos, el Vial de Merindades al principio iba a resolver los atascos existentes, pero finalmente haría que aumentara el número de desplazamientos en vehículo privado. Hoy esta realidad se vuelve contra nosotros en calles como Díaz Bravo, Juan Antonio Fernández o la Avenida del Barrio: Calles que no pueden absorber el enorme flujo de coches que sufren. Aprendamos que construir más infraestructuras para el coche solamente hace crecer nuestra dependencia del vehículo privado, aumentar su número y sus desplazamientos.

El colapso y la falta de seguridad en el tráfico se muestran en las entradas y salidas de los centros escolares, de las fábricas y por las tardes en horario comercial. Y la solución existe, es posible. No solamente porque tengamos el ejemplo de ciudades de tamaño medio como Pontevedra donde el centro es dominio del peatón, sino porque simplemente podemos cambiar. En palabras del pedagogo experto en amabilización de las ciudades Francesco Tonucci “podemos cambiar, hagámoslo”.

Es muy probable que no contemos con la colaboración del Ayuntamiento, quien claramente nos dijo en su día que no quería reducir espacio al coche. Es muy probable que las empresas no se involucren en el futuro, que también es responsabilidad de ellas. Es muy posible que muchos que ahora se mueven en coche se muestren reacios a cambiar y a moverse de forma activa. Es probable que el dañado comercio local se queje con las necesarias obras y cierres al tráfico de nuevas zonas en la ciudad. Pero la amabilización de las ciudades, de la nuestra, también es imparable, debe serlo.

Ese pacto es necesario porque el Ayuntamiento no está solucionando los problemas de tráfico existentes, como en los entornos escolares. Lo que antes de la pandemia era necesario, hoy es obligado, ya que las nuevas medidas implantadas en todos los centros escolares para entrar y salir hacen que las calles de acceso deban ser entornos seguros. El uso de esas calles, con sus aceras y calzadas, ha cambiado radicalmente. Actualmente alumnado y familias hacen fila en la calle, mientras que los coches siguen circulando igual. Desde Ecologistas en Acción de La Ribera se está trabajando para cambiar esta situación, evitar peligros y crear entornos escolares seguros.

La respuesta que hemos encontrado es totalmente decepcionante. Urbanismo dice no tener medios económicos y echa balones fuera. Medio Ambiente que no tiene competencias. Policía Municipal dice no contar con personal suficiente. Educación que esto no es competencia suya, que ellos solo se ocupan de puertas para adentro. Y Alcaldía, que es quien pudiera poner orden en todo este galimatías, ni siquiera contesta. Mientras tanto algunos centros escolares, siguen pidiendo cierres de calles, unas medidas que no llegan.

Desde Ecologistas en Acción de La Ribera nos negamos a aceptar la actual situación de peligro y falta de seguridad vial a las puertas de los colegios. Es probable que las razones esgrimidas por las diferentes Áreas tengan parte de razón, pero lo que es totalmente seguro es que falta voluntad para resolver el problema. Porque estos problemas de colapso circulatorio, de coches en doble fila, con el motor encendido, haciendo maniobras entre la gente, en la mayoría de los casos se pueden resolver con una simple señal de prohibido el acceso o prohibiéndolo en una franja horaria. Simplemente es cuestión de voluntad.

Ante la inacción y la desidia los ciudadanos debemos recuperar nuestro papel, ser críticos, exigentes con el Ayuntamiento, las empresas y el resto de personas que se empeñan en seguir colapsando con sus coches nuestra ciudad. Porque la ciudad no es de los coches, la ciudad es de todos, también de los peatones, de las bicicletas, de los niños, de los mayores, de las personas con movilidad reducida. Debemos pasar a la acción y reclamar nuestro lugar, un lugar que el coche nos ha robado y que políticas actuales e inmovilistas se niegan a devolver. No se trata de volver a las cavernas, se trata de amabilizar nuestras ciudades, de recuperar formas de moverse activas, positivas para nuestra salud y la del Planeta. Es posible, hagámoslo.

Eduardo Navascués
Portavoz de Ecologistas en Acción de La Ribera