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Todos los centros de salud de Navarra dispondrán desde este lunes de test de antígenos, que permitirán un diagnóstico rápido de COVID-19 y reforzarán la capacidad de detección temprana de la enfermedad. El Departamento de Salud culmina así la extensión a la Atención Primaria de esta herramienta de detección, que comenzó a implantarse a mediados de octubre.
Hasta ahora las pruebas PCR han sido la principal herramienta de diagnóstico. Y Navarra se ha convertido, desde mediados de septiembre, en la primera comunidad en lo que a cifras de utilización se refiere, con una tasa actual de 522 pruebas por cada 1.000 habitantes.
La introducción de los nuevos test de antígenos se ha realizado de manera escalonada, atendiendo a la carga asistencial de cada centro y teniendo en cuenta la repercusión que el adelanto de la campaña de vacunación antigripal ha tenido en esta carga.
Los test de antígenos no sustituyen a las PCR en la estrategia global de detección, sino que complementan su utilidad en determinadas situaciones y se prevé que su uso sea creciente. De hecho, desde su introducción a mediados de este mes, su utilización ha ido en aumento hasta situarse en los 600 diarios (el 14% de las pruebas de una jornada, aproximadamente) antes de finalizar su despliegue.
Para personas con síntomas recientes
Estos test rápidos serán la prueba de elección en los centros de salud para personas con inicio de síntomas reciente (igual o inferior a cinco días) y sin criterios de hospitalización. Ante un resultado negativo, pero con alta sospecha de infección por razones clínicas o epidemiológicas, aunque hayan pasado más de cinco días, el diagnóstico definitivo podrá confirmarse por PCR.
Asimismo, podría incorporarse la utilización de estas pruebas rápidas a otros entornos y situaciones clínicas o epidemiológicas, en función de las actualizaciones que vayan señalando los informes ministeriales.
Los test de antígenos se realizan mediante la toma de una muestra a través de un frotis nasofaríngeo y, en los casos previstos, tienen un grado de fiabilidad comparable a las PCR y aportan sobre éstas la ventaja de una mayor rapidez en el diagnóstico, que se obtendría en unos 15 minutos. Se conseguiría así un diagnóstico y un aislamiento más temprano de los positivos, lo que redundará, además, en un inicio precoz del estudio de los contactos, ayudando así a cortar la cadena de transmisión. Asimismo, facilita la labor de recogida de los datos para la vigilancia epidemiológica y la de consejo sobre cuidados y tratamiento, tanto en el caso de un resultado positivo como negativo.
Circuito específico en el centro de salud
Las personas con síntomas compatibles con el COVID-19 recibirán en el día una cita presencial en el centro de salud para realizarse la prueba, que se llevará a cabo en una consulta de enfermería, integrada en el circuito específico para pacientes respiratorios.
Si el paciente tiene una clínica leve y no presenta factores de riesgo, será valorado por enfermería. Si existen factores de riesgo o síntomas de gravedad, se le derivará además a una consulta presencial médica, que será urgente en los casos en que se precise.
La consulta de enfermería se realizará en dos tiempos. En el primero de ellos, se realiza la valoración y toma de constantes del paciente, y, en caso de que esté indicado, se realiza el test de antígenos. Después de los quince minutos necesarios para procesar la prueba, se lleva a cabo la segunda parte de la consulta, adaptada al resultado positivo o negativo del test y a la situación clínica del paciente.