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Se llama Charo y, curiosamente, su primer apellido es Bravo. Algo que hace honor por completo a su forma de entender la vida y su compromiso con todo aquello que ama y siente con auténtica pasión. El Club Deportivo Tudelano es una de sus debilidades y, desde hace más de 25 años, forma parte de esta familia de colaboradores. Ella, desde la sombra, realiza una labor transcendental para que todo funcione a la perfección y, por eso mismo, se ha convertido en una persona imprescindible en el organigrama del club. El Gobierno de Navarra ha tenido conocimiento de ello y ha decidido concederle la Medalla de Plata al Mérito Deportivo. El acto tendrá lugar el próximo 30 de noviembre, en el palacio de Navarra, a partir de las 17 horas.

Charo Bravo es una mujer que puede aparentar seriedad y cierta distancia si no se la conoce, pero nada más lejos de la realidad. Su preciosa sonrisa salta a las primeras de cambio cuando coge confianza y le cuesta muy poco poner las cosas fáciles a quien necesita ayuda. Lo suyo es entrega de verdad, compromiso auténtico y efectividad plena tanto para el Club Deportivo Tudelano como para cualquier persona que requiere sus servicios.

Charo Bravo huye del protagonismo como el agua del aceite. Ella disfruta trabajando, sirviendo a la gente de su club y viendo cómo todo funciona a la perfección. Son miles de fichas de jugadores las que han pasado por sus manos durante todos estos años y seguro que a pocos se les olvida la cara de esta trabajadora incansable. Es imposible que pase desapercibida porque, aunque ella no es Dios, aparece como la Virgen en el Ciudad de Tudela o en los Campos de Santa Quiteria, cuando alguien la necesita.

Para Charo Bravo la palabra «imposible» solo existe cuando realmente no hay nada que hacer porque, si hay un mínimo resquicio de que las cosas se pueden conseguir, ella busca el asesoramiento oportuno para dar salida a cualquier incidencia. De esto saben y mucho jugadores, entrenadores, padres, aficionados, directivos del C.D. Tudelano y también los medios de comunicación. Algunas personas hasta tienen la suerte de tener muchísima complicidad con ella. Por eso, cuando se ven o se despiden se miran, se dan un beso y un fuerte abrazo de amistad sincera y agradecida.

¡Enhorabuena Charo Bravo por esa merecida Medalla de Plata al Mérito Deportivo!

RAUL BELIO URZÁIZ
Redactor de deportes de LA VOZ