En Moskera la suspensión de las fiestas ha supuesto un paréntesis inimaginable en unos socios acostumbrados a convivir y reencontrarse de manera especial en la semana festiva en honor a Santa Ana.
Su presidente, José Antonio Martínez Cascán, reconoce que habían escuchado hablar de los años en los que alguna tragedia, enfermedad o la guerra había dejado a los tudelanos sin fiestas “pero de ninguna manera nos podíamos imaginar que nos iba a tocar vivirlo en primer persona”, asegura.
Las consecuencias, como en otras entidades, serán especialmente económicas. “Son días de mucho uso de la peña, de consumo en la barra, que nos servían para sacar algo de beneficio que siempre se reinvierte en mejorar la peña y en actos para fiestas”.
Ante esta situación, el presidente de la peña Moskera tiene claro que si la peña abre sus puestas en la semana de fiestas será exclusivamente para uso interno de los socios. “Estamos a la espera de ver qué pasa en Pamplona, donde ya ha habido peñas que han anunciado que van a cerrar, que, personalmente, creo que sería lo más lógico en esta situación”.
Una de las consecuencias de la suspensión de las fiestas será la ausencia de homenaje a la abuela de Tudela, un acto impulsado en 1980 por la Peña San Juan y que la peña Moskera se ha encargado de hacer llegar hasta nuestros días de manera ininterrumpida. “Es algo que nos cuesta imaginar. Vivir esta situación es algo impensable aunque creo que las calles no estarán vacías, que habrá gente que incluso se vestirá de blanco y rojo y hasta alguno acudirá el día 24 a la Plaza a las 12 para ver qué pasa”.