Decohogar lleva cerca de 30 años vistiendo el hogar de tudelanos y riberos. También son expertos en carpintería, en concreto en la colocación de suelos, escaleras, barandillas, o la creación de armarios a medidas, así como de pequeños muebles, cabeceros para camas, o mesillas. Una de sus responsables, Anabel García Lasala, es la cara visible en la tienda física, centrada principalmente en cortinas y lo que se denomina lencería del hogar: colchas, fundas nórdicas, sábanas, cojines, etc».
Anabel, su marido Raúl y dos empleados, hacen de Decohogar una pequeña empresa familiar. La actual crisis de la COVID 19, les llevó a cerrar la tienda física durante algunas semanas, pero ahora vuelven con más ganas que nunca: «Realmente no hemos parado de trabajar», explica Anabel, «ya que había obras o trabajos que ya estaban en marcha cuando comenzó la pandemia y había que dar respuesta a los clientes. Vino la pandemia, pero las facturas también».
Medidas de higiene y seguridad en Decohogar
Ahora mismo, la tienda está totalmente adaptada a la situación actual, con líneas de separación de más de dos metros para que la gente no se amontone. También es posible concertar cita si el cliente quiere acudir con más seguridad, o incluso Anabel se ofrece a ir a la casa del cliente. «Por supuesto, hay gel en varios sitios para que la gente se ponga», explica la responsable de Decohogar, «y mascarillas y guantes por si alguien viene sin ellos». Además, Decohogar es una tienda grande, lo que permite estar tranquilo y con total seguridad. «Animo a la gente a que salga a las tiendas porque tanto la mía como el resto de tiendas de Tudela estamos totalmente preparados desde el primer momento y muy concienciados. Entre todos tenemos que salir adelante».
En cuanto al producto y servicios que ofrecen en Decohogar, podemos encontrar una amplia oferta. «Hoy en día, en el mundo de la decoración se lleva un poco todo», explica Anabel, «una mezcla de estilos» Y es que se trata de un mundo en el que lo que importa realmente es el gusto personal de cada uno, «independientemente de lo que se lleve. Además, son productos de larga duración, con lo cual, sí que hay tendencias, pero lo más importante es el gusto personal».
Vuelta a los clásicos
Anabel explica que, durante algunos años, antes de la otra crisis, pasamos por un periodo en el que todo era color. «Colores fuertes, muy vivos, todo gasas transparentes con mucho colorido… Pero al llegar la crisis hemos ido a una tendencia de todo neutro. En decoración, prácticamente ha desaparecido el color, y el blanco, beige, gris, tostados… son los predominantes, igual con algún toque de color en los cojines o algún elementos así». Otra cosa que ha notado es que los jóvenes son ahora los más clásicos. «Vienen pidiendo algunos tejidos que estaban ya en desuso, como el voile, que lo pidió una pareja muy joven y casi ni yo lo conocía. Piden todo muy liso, muy plano, lo que se llama ahora estilo nórdico», explican desde Decohogar. «La gente un poco más mayor, es la que más atrevida se muestra a la hora de decorar. Le llaman la atención cosas diferentes, o meter algo de color… Tienden a decorar un poco menos neutro. Hemos pasado de que sean los jóvenes los más atrevidos a que sean las personas de un poco más de edad».
Trato personalizado
Y es que, la moda del hogar es como la ropa, hay una mezcla total de estilos. «Se combina lo moderno con lo clásico, etc. La decoración es un reflejo de la sociedad. En lo que es la carpintería, también pasamos años de atrevimiento. Puertas de cerezo, suelos con tonos anaranjados… Y ahora hemos vuelto a lo clásico: mucho roble, y mucho blanco… A veces puede resultar demasiado plano, hay que meter algo que destaque para que llame la atención. Pero lo más importante es descubrir lo que quiere el cliente. Las casas son reflejos de nosotros mismos, y cada uno tiene su personalidad».
En Decohogar el trato es muy personalizado. «Desde que el cliente entra por la puerta. Primero hay que escuchar qué es lo que busca para acertar en lo que le ofreces. Si ves que está cometiendo un error, intentas aconsejarle para crear espacios bonitos y prácticos. Una cortina sola no dice nada. El todo es lo que te va a hacer pensar si estoy en un ambiente más clásico o más moderno, más decorativo… No solo un elemento, hay que jugar con el conjunto y crear espacios acogedores y personalizados». Algo en lo que Decohogar es especialista.